Una investigación confirmó luego que ese monto de dinero ingresó al club, pero la UIF “determinó que el dinero nunca se empleó para remodelar el estadio, desconociéndose el destino de los fondos en cuestión”.
Tras el fin del tercer mandato de Alperovich, a fines de 2017, la Justicia tucumana confirmaría algo evidente, el clan Ale utilizaba a San Martín como una pantalla de lujo para ocultar sus verdaderos negocios: trata de personas y narcotráfico.
Rubén "la Chancha" y Ángel "el Mono", hermanos y líderes del clan, fueron condenados a 10 años de cárcel tras ser considerados jefes de una "asociación ilícita" y por el delito de lavado de dinero producto de la trata de personas, el narcotráfico, la usura y la extorsión.
Los jueces Alicia Noli, Gabriel Casas y Domingo Batule resolvieron condenar por unanimidad a 13 de las 16 personas acusadas de integrar la banda delictiva.