Viernes 14 de Febrero de 2020, 15:25
El destino es la sucesión inevitable de un evento del que ninguna persona puede escapar. Es, quizás, la palabra perfecta para empezar a contar
la historia que hace 14 años comenzaron a escribir Eva de los Santos (42) y Claudio Gómez (32).“Yo voy a bailar, me divierto y vuelvo a mi casa”, pensó Eva cuando, en el verano de 2006, encaró rumbo al "Tropi", como todos en General Pacheco, en Buenos Aires, conocen a la emblemática bailanta Tropitango, que está a ocho cuadras de su casa. Fue con sus hermanos, algunos amigos de la cuadra y su amiga y confidente, Valeria. Eva tenía 27, era empleada doméstica, soltera y con dos hijos, Mayra (25) y Ariel (22). No andaba en busca de pareja, pero el azar le tenía otros planes escritos.
Entre trago y trago, Claudio, que en ese entonces tenía 18 años, la veía bailar desde lejos mientras pensaba formas de encararla.“Un amigo suyo iba pasando y me pisó el pie. Yo me enojé y Claudio, ni lerdo ni perezoso, saltó a pedir disculpas por amigo. Ahí nos quedamos hablando y le pasé mi número. No pasó ni una hora de ese momento que ya me estaba llamando”, cuenta ella.
Catorce años después de aquel primer encuentro, habiéndose mudado juntos, compartido visitas a la cancha y la llegada de tres hijos, decidieron casarse. Las imágenes de su romántica boda circularon por las redes y llamaron la atención de más de un vecino de Tigre: el día del casamiento, de traje y vestido, les abrieron Tropitango para sacarse fotos y celebrar su unión.
El inicio formal de su noviazgo fue vertiginoso. Desde las primeras salidas a la cancha de Tigre, donde cada domingo comparten la misma pasión por el Matador, hasta las presentaciones familiares y la convivencia. Claudio, que vivía en Escobar, se mudó a Tigre junto a su enamorada.
“Hace 14 años que estamos juntos, pero recién ahora me dieron ganas de casarme”, explica Claudio. Y agrega: “Un día de noviembre me levanté y le dije: en enero nos casamos”, y así fue. La parroquia Espíritu Santo del Talar fue el escenario que la pareja eligió para dar el sí. Esperaban una ceremonia tranquila, con su familia y sus amigos. Pero, una vez más, el destino fue otro.
“El cura tardó en llegar y se atrasó todo. Nosotros queríamos ir a sacar fotos al Batallón, el predio de Pablo Nogués, pero cuando llegamos ya estaba cerrado. Y en ese momento se me ocurrió ir al Tropi. Es el lugar donde nos conocimos y es simbólico, porque hasta el día de hoy seguimos yendo”, cuenta Eva, que con un enorme vestido blanco y de la mano de su familia, partió a sacarse las fotos de su boda al lugar más insólito, pero no menos histórico de Tigre: la "Catedral de la cumbia", que está por cumplir 40 años.
Para su sorpresa, mientras la pareja se fotografiaba con el legendario cartel de la entrada, los dueños los invitaron a entrar, para que Eva y Claudio tuvieran su álbum de fotos completo.“Prendieron las luces y nos pusieron música. Después de las fotos nos fuimos a casa para festejar con el resto de la familia. Fue todo improvisado”, confiesa el novio.
Ahora, unidos en matrimonio e igual de enamorados que hace 14 años, Claudio prepara una sorpresa para que Eva recuerde para siempre su primer Día de San Valentín casados. “Cada 14 de febrero llega a casa con un ramo de flores. Ahora dice que tiene una sorpresa, pero yo no puedo pedir nada más. Con él, mi felicidad está completa”, confiesa ella.
Fuente:https://www.clarin.com/zonales/conocieron-tropitango-abrieron-boliche-boda_0_D3_-Fusf.html