Empresario borracho huyó de un control arrastrando al policía con su camioneta

Lunes 06 de Julio de 2020, 21:49

OPERATIVO. Policías rodearon la vivienda del acusado, quien se parapetó en la vivienda dejando al policía tirado en la entrada.



Un empresario bolichero santiagueño fue detenido el domingo a la madrugada en Villa Atamisqui, acusado de violar un control policial, arrastrando a un efectivo con su vehículo hasta su propia casa, donde cayó en la tierra tras un abrupto frenado.

Según la denuncia interpuesta ante la Seccional Nº 20 y la investigación que guía el fiscal Sebastián Robles, el grave incidente estalló a las 4 de la madrugada, mientras los policías Nicolás y Miguel Enrique Bravo cumplían con los operativos preventivos ante la pandemia del Covid-19.

El epicentro fue la avenida Rivadavia. Allí, los funcionarios habrían advertido el arribo de una camioneta Ford F100 negra, sin dominio colocado. Al ser detenida por disposición policial, sus dos ocupantes dieron muestras de encontrarse alcoholizados.

Al pedírsele documentos de identidad, ambos se negaron a ser identificados. Sin embargo, se supo que el conductor sería el empresario de un boliche, Sergio Oliver Sosa, de 42 años, con residencia en Villa Atamisqui, acompañado por Gastón Alexis Milla, domiciliado en el Bº Maracaná, de esa misma ciudad.

Los efectivos les habrían solicitado que descendieran y ambos comenzaron a cuestionar al personal actuante. Al ser invitados a trasladarse a la Seccional Nº 20, se habrían negado y empezaron a agredir verbalmente a los uniformados y opusieron resistencia.

"Déjenme ir, porque si no los voy a pasar por encima con la camioneta. Ustedes no son nadie. No saben quién soy yo”, les advertió Sosa.


Igual, el oficial Miguel Enrique Bravo intentó evitar que los dos sujetos ascendieran a la camioneta, obviando por completo su autoridad.


En una maniobra alocada, el chofer aceleró la camioneta, pero la manga de la campera del policía quedó aprisionada en la puerta del conductor.

Poco y nada le habría importado a Sosa, ya que hizo marcha atrás y arrastró al policía, quien le gritaba desesperado para que se detuviera.

Al ver que el conductor no se detendría, Bravo fue arrastrado y luego trepó como pudo a la caja de la camioneta y fue llevado trepado arriba, ante la mirada atónita de su compañero, hasta el domicilio particular del acusado.

Allí, habría ingresado la camioneta al terreno de Sosa, al costado de un galpón. La estacionó y entró corriendo al inmueble. Afuera, se habría precipitado el policía ante la frenada final.

Desde adentro, Sosa le habría gritado al funcionario: “nadie me sacará porque tengo cámaras de seguridad”, ahondó la denuncia de Bravo.

A las siete de la mañana, el oficial herido formalizó la denuncia. El médico del Hospital Zonal Doctora Felicidad Dávila le solicitó radiografía de tórax y rodilla izquierda.

Por orden del juez de Control y Garantías, Rodolfo Améstegui, Sosa y Milla habrían sido dete
nidos e imputados por presunto Atentado y resistencia a la autoridad, también por violar el espíritu del artículo 205, sobre prevención del Covid-19. /El Liberal