En
concreto, desde este sector piden que se otorgue la licencia inmediata
al legislador republicano al mismo tiempo que se profundice la
investigación por la denuncia de abuso sexual.
Bussi
fue denunciado por abuso sexual en contra de una joven que habría sido
encerrada por él en su oficina parlamentaria y obligada a practicarle
sexo oral durante los primeros días del mes de marzo.
Además,
los datos personales de la víctima habrían sido usados para abrir una
cuenta bancaria donde se giraron abultadas sumas de dinero, sin que aún
Bussi haya dado explicaciones en la justicia.

"Después
de eyacular, Bussi se limpió el órgano con servilletas de papel": la
víctima relata el brutal abuso dentro del despacho del legislador de FR
La
denuncia que investiga la Justicia contra el legislador Ricardo Bussi
tiene varios capítulos: abuso sexual, amenazas de muerte e ilícitos
bancarios de Fuerza Republicana en los que habrían participado policías
retirados.
Algunos de los pasajes de las denuncias policiales y judiciales contra Bussi parecen extraídos de una novela de terror:
A
fines de enero me dirigí al Banco Galicia a fines de cobrar la
asignación social, y la cajera me dice que tenía otra caja con 600 mil
pesos y si yo la había abierto. Le dije que no. A otras personas que
trabajaban para Bussi les pasó lo mismo. Nunca cobré esas
transferencias, que desaparecieron de la cuenta.
El 11 de mayo Bussi me dice que me presente en la Legislatura a las 10, porque a las 9 tenía una reunión.
Ese
día fui a la Legislatura en Muñecas y avenida Sarmiento. Bussi me
atiende luego de 30 minutos, en su despacho del quinto piso, en la
última oficina, lado derecho.
Ahí entra Bussi, yo nunca lo había
visto personalmente, me pregunta que pasaba, yo le digo que quería que
me expliquen y me solucionen lo del banco, que no quería saber más nada
con Fuerza Republicana, entonces Bussi me dice que espere, que terminaba
una reunión por videollamada y me atendía.
Estaba nervioso, me hacen salir del despacho, hasta el pasillo.
La
secretaria me hace pasar porque no podía esperar ahí. Me senté frente a
la hija de Bussi que estaba ahí, me hicieron un café y me dieron agua.
En un momento sale el legislador y me dice que ingrese a su oficina.
Dentro había un escritorio vidriado, tenía dos sillas tipo sillones y el sillón de él, muy lujoso.
El vuelve a salir, demora unos diez minutos, vuelve a entrar y me pregunta qué es lo que tenía que hablar.
Yo
le muestro la computadora, me dice que la deje en la silla. El cerró la
puerta, estábamos los dos parados, y en se momento me dice “vení
chiquita, que te pasa”, me quiere besar, él me agarra de la nuca
diciéndome que me agache.
Le dije que no dos veces, me dice que
le haga sexo oral. Le dije que no, me agarró de la mano, me hizo que lo
toque, y me hace que lo toque por encima de la ropa.
Me dijo
“chiquita bajate”. Entonces él se sentó en una silla a la par mía y me
obligó a que me agache. Me tenía agarrada de la nuca.
Tres veces le dije que no, me dice “así no vamos a solucionar las cosas”.
Me
agarró de la cintura y me obligó a que me arrodille en el piso y me
agarró de la cara, y me obligó a que lo haga, a que le haga sexo oral.
Después eyaculó afuera, limpiándose el miembro con servilletas de papel.
Yo
aproveché para levantarme y salir rápido y el me quiso manotear la
computadora. Ya no había nadie en la oficina. Traté de salir tranquila,
detrás de mí venía un policía que vino conmigo en el ascensor y me
preguntaba qué me pasaba, yo no le dije nada, estaba muy nerviosa.
Afuera
estaba lleno de periodistas, salí por la puerta del estacionamiento y
caminé hacia la plaza Urquiza, en la parada del taxi un remisero me dio
agua y me preguntó si me pasaba algo.
Yo les venía mandando mensajes a las chicas de Fuerza Republicana, que necesitaba verlas.
Mientras
las esperaba recibí mensajes del legislador Bussi desde el número XXX,
diciéndome que me quede tranquila, que todo se iba a solucionar, que
tengo una boquita de bebé.
Yo le dije que lo iba a denunciar, él me dijo que no sea tontita, que lo que me había pasado me iba a volver a pasar.
El borró todos los mensajes, pero yo hice captura de todo.
Llegaron
las chicas y una me dijo que fuéramos al Observatorio de la Mujer en el
Hospital Centro de Salud, adónde nos dirigimos a hacer la denuncia...