La confesión más íntima y dolorosa de Esteban Lamothe

Domingo 22 de Noviembre de 2020, 14:53

Esteban Lamothe: “Me ha tocado acompañar gente al morir”



El 24 de noviembre, se estrena en Netflix El Cuaderno de Tomy, una película basada en la historia real de Marie Vázquez, una mujer que murió a los 43 años a causa de un cáncer terminal. Antes de morir, quiso escribirle un cuaderno a su hijo, Nippur, de 3 años, para que cuando creciera pudiera seguir conociendo a su mamá.

En el filme, dirigido por Carlos Sorín y protagonizado por Valeria Bertuccelli, Esteban Lamothe interpreta a Federico, esposo de Marie y papá del pequeño, en lo que representa uno de los papeles más importantes de su carrera.

-¿Cómo te llegó el proyecto? ¿Conocías la historia?

-Habíamos tenido otro acercamiento con Carlos para trabajar juntos, pero no se había dado. Me llegó el guion, nos reunimos y la verdad es que tenía muchas ganas de trabajar con él y la historia me pareció increíble. El personaje me gustaba mucho, me parecía que podía trabajarlo bien y me daban ganas. No conocía la historia antes.

-¿Cómo lo preparaste al personaje?¿Te juntaste con Sebastián Corona (el marido de Marie) o lo armaste en base al guión y las indicaciones del director?

- Ambas cosas. Trabajé con Carlos, charlé bastante con él sobre la película. También me junté con Sebastián, que para mí fue muy importante. Fue fundamental que me abra las puertas de su casa porque ese encuentro fue revelador y me ayudó mucho en el rodaje. Me ayudó mucho a construir el personaje, sobre todo por la energía de conocer la casa donde había vivido la familia: Nippur, María y él.  Eso fue algo que me sirvió muchísimo. Y también darme cuenta de que tanto Sebastián como María eran personas relativamente cercanas a mí. Nos dimos cuenta, por ejemplo, de que habíamos estado en la misma función de Bafici hace 20 años, en algún recital... Es gente que estaba bastante a mano, de alguna forma.

-Claro, no sentiste una lejanía en relación a la vida de ellos, no te pareció algo completamente ajeno.

-No, para nada. Me apareció algo cercano. Y también hubo que trabajar con las sensaciones y experiencias personales de cada uno. A mí también me ha tocado estar en hospitales, esperando diagnósticos, recibiendo malas noticias o acompañando a la gente a morir, como es el caso de la película.

-¿Sentís que pudiste sumar tu propia experiencia al personaje de Federico?

-Sí, claro. Creo que sí, que indefectiblemente mi propia experiencia se ha colado. Y era un trabajo en el que yo sabía que tenía que darlo todo, porque era una película que no permitía ningún tipo de tibieza. Había que darlo todo, la película pedía eso.

-¿Creés que en alguna medida cambió un poco tu visión de la muerte? Esto que tenía María de lograr ponerle humor o de la aceptación, que es algo que mencionan mucho.

-De alguna manera pensaba un poco parecido a la película. Siento que los occidentales tenemos una forma de enfrentar la muerte y el miedo, sobre todo cuando se trata del cáncer y la enfermedad, en que todo se vuelve solemne, todo se detiene. Aun cuando lo único seguro en este mundo es que nos vamos a morir. Reaccionamos de una forma tan desconcertante a la muerte que pareciera que no es algo inherente al nacimiento. Todos nacemos y todos vamos a morir, en ese sentido es una película súper popular, porque el cáncer y la muerte son dos cosas que todos conocemos. Ya sea porque estuvo en nuestros cuerpos o en los cuerpos de personas que conocemos. Me parece que la película me ayudó a seguir pensando en la dirección en la que quiero pensar la muerte, como parte de la vida. Desde la impermanencia. Es como si quisiéramos ser eternos, perpetuarnos, entonces cuando hay muerte o hay cáncer nos quedamos quietos, paralizados, asustados. Ojalá esta película también ayude a no quedarse tan pegado.

-¿Pensás que puede servir para abrir el debate en Argentina de la Ley de Muerte Digna? Que como bien muestra la película, es una ley que existe, pero que muchas veces está cruzada por cuestiones ideológicas.

-Sí, hay varias patas de ese tema, que es súper delicado. Primero el autoconocimiento y el propio deseo de la persona, sobre todo cuando estamos hablando de una persona que ya sabemos que se va a morir. Si a esa persona no le queda la posibilidad de poder elegir... ¿por qué puede elegir con qué obstetra o dónde se quiere parir y no se puede elegir cómo se quiere morir? En general, es porque nos llenamos de miedo y de remedios. O peor aún, tratan de estirarte la vida a cualquier precio, no importa que dejen un cuerpo arruinado. La película tiene eso también, que te dan ganas de salir y de hablar de esto. De hablarle a tu familia, a tus amigos o amigas.

-La película llega después de más de ocho meses de cuarentena. ¿Sentís que tener este proyecto a punto de salir te sirvió un poco para atravesar este tiempo de quietud?

-Sí, la verdad que sí. Es una bendición haber hecho la película y el estreno me pone muy feliz como actor, a pesar de que es la primera vez que voy a estrenar una película y no la voy a ver en la sala con mis amigos ni mis amigas. Es un regalo en medio de un año donde todo el mundo ha sido golpeado por la pandemia de una forma tremenda, y mi rubro ni hablar. Y no es por sentirnos peor que los demás, esto nos afectó a todos y a todas. Es muy emocionante la película y es muy emocionante poder estrenarla aunque sea de manera virtual, donde no va haber abrazos, ni felicitaciones, ni fiestas para brindar. Pero sí el agradecimiento de haber hecho esa película.

-¿Ya viste la película?

-Sí, sí. Estoy muy conforme, me gustó mucho la película. Me gusta mucho lo que hace Carlos y me parece que es una de sus mejores. Me destruyó también, me hizo llorar mucho. Y siempre es raro cuando te ves a vos mismo, pero me parece que es una película muy linda y que tiene una mirada sobre la muerte que está buena.

-Muy sincera, ¿no?

-Sí, de frente. Justo estaba leyendo un libro que usaba una metáfora muy buena que dice que cuando un perro te corre porque te quiere atacar, podés correr, quedarte quieto o correr en dirección al perro. Y me parece que la película hace eso, corre en dirección hacia el miedo, a la boca del miedo, a donde nadie quiere entrar. Nadie quiere hablar de una mujer de 43 años que tiene un hijito de 5 y que se está muriendo. Y hay que tener ganas porque eso pasa todos los días. Me parece que ahí está el secreto de la película y en el pulso de Carlos de no caer el golpe bajo y plantea esa mirada de la muerte que me parece que está buenísima.

-Hay un elencazo en la película. ¿Cómo estuvo la filmación? ¿Ya habías trabajado con Valeria?

-No, no había trabajado con ella y era un sueño porque es una actriz que me encanta y que admiro muchísimo. Y además ahora que trabajé con ella, la quiero más porque pegamos re buena onda, hay una amistad. Fue un lujo trabajar con ese pedazo de actriz y trabajar con Valeria, con la persona, que es amorosa y re generosa.  Estaba muy bendecida esta película también. Todos los que estábamos ahí queríamos estar ahí, eso era muy increíble. Estábamos muy entre nosotros, muy unidos haciendo la película. Y además el elenco increíble que tiene.

-Totalmente, todas caras conocidas excepto el nenito, Julián, que la rompe.

-Sí, Juli Sorín. Es increíble ese nene, fascinante.  

-¿Y ahora que las cosas se están reactivando tenés algún proyecto en vista?

-Hay algo. Estoy charlando, pero nada confirmado. Estoy terminando de hacer un corto mío, hay otro que estrené y está en CINE.AR Play, que se llama El Bosque. Y también estoy con un guion mío de una película medio fantástica, que quiero actuar y dirigir.

-¿Te gustaría volver a la tele? Venías haciendo varios protagónicos.


-A las tiras y a las telenovelas preferiría que no. En el futuro, me veo más haciendo películas o series, tratando de dirigir o haciendo teatro quizás cuando se pueda. Tampoco sé si va a haber tiras tal cual las había antes, así que por ahí no tengo que elegir.

-Además, después de tantos meses de estar casi todo el tiempo en casa, pasar a hacer jornadas de grabación de 10 horas por día debe ser complicado.

-Sí, re intenso. Ahora voy a hacer un personaje pequeño en la película de Nicolás Goldbart, el director de Fase 7. Vamos a filmar en diciembre, protocolo mediante, con Alan Sabbagh y Daniel Hendler, que son dos actores que admiro mucho. Es un papel chiquito, pero me gusta mucho ese director y esos actores así que estoy feliz. Y feliz de volver a un set de filmación después de casi un año. Eso me da una alegría y una fe bárbara. /Ciudad Magazine