Narda Lepes (la mejor chef): “Mil veces me tocaron el culo en las cocinas de los restaurantes”

Martes 12 de Enero de 2021, 07:38

Narda Lepes fue elegida como la mejor chef femenina de Latinoamérica en 2020



Narda Comedor, el restaurante de Narda Lepes en el Bajo Belgrano, es amplio y luminoso. Anchos ventanales al frente -con vista a la plaza Parques Nacionales Argentinos-, paredes y pisos blancos, cocina a la vista. Pero hay un detalle que el comensal no puede notar. Un detalle sutil y, a la vez, significativo.

“El espacio entre heladeras y horno tiene 25 centímetros más que el estándar, que se los sacamos al salón. Se diseñó así desde que hicimos los planos”, cuenta.

La razón no es arquitectónica: “Es para que nadie te apoye en un pasillo”, explica.

-¿Te pasó?

-Mil veces. Te apoyan, te tocan el culo. En mi restaurante eso no pasa.

La charla tiene como punto de partida la distinción que Narda recibió como mejor chef femenina de Latinoamérica 2020, uno de los reconocimientos que otorga la organización internacional Latin America’s 50 Best Restaurants.

El premio, que en esta categoría se entrega desde el año 2013 y que por primera vez recae en una argentina, resulta un disparador para hablar del rol de la mujer en la gastronomía.

-Como feminista declarada, ¿te parece necesario que haya un premio aparte para las mujeres? No hay premio para "chef masculino"...

-Yo si estuviera en el lugar de los que organizan no quitaría el premio femenino, pero haría uno masculino también. Hasta que la lista esté más equilibrada. Porque si no, siempre salen más hombres. El premio es un síntoma del sistema. Hay que criticar el sistema, no el premio.

-Es como un cupo femenino para dar visibilidad al género en este rubro.

-Por eso digo que tendrían que estar los dos premios, masculino y femenino. Cuando la cantidad de chefs al frente de los restaurantes sea pareja, ahí podemos analizar lo de un solo premio. Mientras tanto, démosle visibilidad, porque también hay muchas otras razones por las cuales no hay tantas mujeres como cabezas de equipo.

-¿Por ejemplo?

-Dolor de espalda, hernia de disco. Muchas dejan de trabajar por eso, por haber querido demostrar que podían levantar tanto peso como un hombre y se terminaron lastimando por cargar cacerolas de 50 kilos. Tenemos capacidades distintas, pero cuando tus capacidades no son reconocidas querés emparejar con las del otro. Yo lo hice, pero me di cuenta a tiempo. Porque levantar peso no es una virtud culinaria.

Narda Lepes en la cocina de su restaurante de Bajo Belgrano.


-Esa es una diferencia física. ¿Qué fortalezas tiene la mujer en la cocina que no tiene un hombre, a tu criterio?

-La mujer puede llevar un equipo de manera más armónica, prestar atención a cuatro o cinco cosas al mismo tiempo. Son virtudes más comunes en las mujeres. Por eso no es necesario demostrar fuerza, pero las lesiones de espalda son frecuentes. Otro tema son los horarios. Las cocinas más reconocidas abren de noche y si sos madre se complica, tenés que tener una comunidad alrededor tuyo que soporte tu carrera y no todo el mundo la tiene.

-Históricamente, la mujer ocupó un rol importante en la cocina hogareña, pero en la alta cocina es mayor el protagonismo del hombre. ¿Esto está cambiando?

-En ciertos ámbitos sí, en otros no. Eso tiene que ver con factores socio culturales, económicos, de género, prejuicios personales del que te va a contratar. Salís un poco de la burbuja de Capital y ves que no está cambiando. Una vez en Córdoba un hombre me estaba mostrando un restaurante y me presentó a cada uno de sus empleados con nombre y apellido contándome qué rol cumplía cada uno. Pero al llegar a la cocina, aunque había cinco mujeres, dijo simplemente "Y acá están las chicas". Y no era que ellos tenían más rango que ellas.

-¿Cómo superaste vos las situaciones de acoso que mencionabas?

-Yo por mi carácter y por cómo me criaron, si me siento incómoda en una situación, no me callo. Si alguien hace un chiste que se va de mambo -que me pasó mil veces- te la devuelvo, me defiendo. Pero tuve una infancia privilegiada, me dieron herramientas para entender esto. Una chica que quizás fue criada de otra manera y no tuvo los recursos que yo tuve, porque es tímida o por su situación económica, va a tener miedo.

-¿Cuál fue la peor situación que te tocó vivir en este sentido?

-Me pasó de todo, acoso verbal y físico. Cualquiera que tenga mi edad y haya laburado en cocinas lo vivió. Te acorralan contra un rincón, te dicen una guarrada, te tocan el culo, se te pone uno de cada lado, son situaciones border con el miedo. A mí por suerte ninguna me dejó trauma porque contesto y reacciono, los expongo.

-¿Tenés colegas machistas a los que les moleste el crecimiento de las mujeres chefs?

-A todo el mundo le debe joder algo. No sé, puede haber alguno que sea lo suficientemente machista para que no se fume que la atención se la lleve una mina. Pero no los considero colegas ni amigos. Son violentos naturales. Creo que hay uno o dos, que no me importan en absoluto, que quieren que pise el palito hace un montón. Pero no te voy a nombrar a nadie. /Clarín