Lunes 15 de Marzo de 2021, 09:39
Desde perfiles anónimos en las redes sociales, el bussismo se lanzó a atacar a "Lupe", la joven que denuncia por abuso sexual a Ricardo Bussi.
En las últimas horas, luego de que Lupe se animara a enfrentar una cámara, recrudecieron los mensajes en su contra, en algunos casos con fuertes amenazas.
Más violencia contra la mujer parece ser la fórmula adoptada por Fuerza Republicana para defender a su jefe.
En agosto pasado, mientras arreciaban los ataques del bussismo, Lupe había sufrido la violencia en forma directa en su hogar.
Luego de estar escondida durante más de 60 días, la víctima de Ricardo Bussi retornó a su casa y la encontró totalmente saqueada, y con un mensaje en una pared: “Akí estoy”.
A casi dos meses de que denunciara al legislador Bussi por abuso sexual y robo de identidad, la jueza Carolina Ballesteros, de la 5º nominación, dispuso otorgarle la consigna de la policía federal para resguardar su integridad física y la de su familia.
Pero el calvario de “Lupe” no cesa. Cuando regresó a su casa, luego de estar refugiada más de 60 días, la encontró desmantelada por completo. Le robaron la cama, un sillón, un televisor, el secarropa nuevo que aún continúa pagando, la garrafa, la ropa de sus nenas, las colchas. Hasta le mataron el gato.
Con aerosol le dejaron un mensaje en el fondo de su casa: “Akí estoy”. Adentro, encontró drogas, botellas de vino, y una insignia policial.
Todos los elementos fueron remitidos a la Justicia por su abogado, Salvador Iovane.
Una semana antes, dos mujeres se apersonaron en la casa de su hermana. Le dijeron que eran maestras de sus niñas e insistieron en conseguir el teléfono de “Lupe”. Su hermana, logró tomarles una foto y filmar un video de las mujeres. No eran de la escuela de sus hijas. “Lupe” logró reconocerlas de haberlas visto previamente en la sede de Fuerza Republicana.
También contactaron a otra hermana que vive en la provincia de Buenos Aires, en un convento. A ella le dijeron que necesitaban comunicarse de manera urgente con “Lupe”, alegando cuestiones de salud.
La complejidad del caso radica en que el abuso sexual que sufrió la denunciante es, en realidad, y más allá de la gravedad del hecho en sí mismo, la punta del iceberg de un entramado de violencias y acciones de amedrentamiento con las que Bussi, en complicidad con otros dirigentes políticos, estarían buscando acallarla.Ante esta situación de asimetría de poder, las organizaciones feministas de Tucumán, expresaron públicamente el apoyo y el acompañamiento de “Lupe”. Además, lanzaron una campaña para juntar fondos y brindarle una ayuda económic
a./La Nota