Un paciente denunció a Rubén Mühlberger por estafa en una operación de alargamiento peneano: “No puedo tener más sexo”

Martes 15 de Junio de 2021, 19:23

Ricardo Núñez pagó 2500 por la intervención. Los urólogos le dijeron que su situación es irreversible.



Rubén Mühlberger fue detenido el 14 de mayo luego de que se detectaran una serie de irregularidades en su clínica tales como la falta de habilitación, medicamentos vencidos y un cartel que promovía un falso antiviral contra el COVID-19. Además tenía la matrícula vencida. El 2 de junio el “médico de las estrellas” fue liberado.

Pese a que tiene varias imputaciones, está habilitado para seguir atendiendo porque todavía no hubo una sentencia firme.

Según informaron en Los ángeles de la mañana, volvió a ejercer la medicina. Este miércoles el ciclo de eltrece, conversó con Ricardo Núñez, un paciente que lo denunció por estafa en una operación de alargamiento peneano: “No puedo tener más sexo”.

El hombre en cuestión contó que se hizo la cirugía el 19 de marzo y que le costó 2500 dólares. “Fui acompañado por una persona. Nos dieron ese famoso té de frutos rojos con Clonazepam. A ella también la durmieron en la sala de espera”, aseguró.


Acto seguido relató la intervención: “Entré a una sala de espera, pseudoquirófano, que era una camilla como de cama solar. Me sacaron sangre de ambos brazos y me dijeron que era plasma que me lo iban a introducir junto con la grasa en le miembro. Después entró Mühlberger, estilo estrella de cine, se presentó y me dijo que en una hora o menos ya iba a estar operado”.

Núñez sostuvo que jamás le hicieron un prequirúrgico. Además recordó que estuvo consciente durante toda la intervención porque tampoco le dieron anestesia: “Escuchaba las conversaciones sobre turismo, de los lugares a los que iban, que tomaban… todo”.

En cuanto a la operación, aclaró que no fue dolorosa y detalló: “Me metieron dos cánulas en el abdomen, me sacaron la grasa y me inyectaron la grasa de mi propio abdomen con el supuesto plasma que me sacaron de los brazos y vendaron el miembro”. Una vez finalizada, lo enviaron de nuevo a su hogar y como indicación le dijeron que se duchara con agua caliente y masajeara la zona.

Sin embargo, con el paso de los días descubrió que la operación no había salido como esperaba: “Pasaron 15 días, al principio era una obra de arte, pero a los veinte días la obra de arte se derritió como si fuera mantequilla”. De manera inmediata, llamó a la clínica para reclamar y logró hablar con Mühlberger, pero cuando tenía la cita médica ocurrió el allanamiento.

“Se lo llevaron y no me pudo revisar. Pero como ya había perdido todo y sumado a todos los dolores que me quedaron de la cirugía, fui a distintos urólogos que me dijeron que no puedo tener más relaciones sexuales y que perdí la libido”. /TN