Cristina pasó del baile en el momento de votar al silencio por la dura derrota y los reproches a Alberto Fernández

Lunes 13 de Septiembre de 2021, 08:46

Alberto Fernández y Cristina Kirchner, anoche luego de conocerse la dura derrota electoral del Gobierno



La vicepresidenta Cristina Kirchner comenzó el domingo 12 de septiembre con sonrisas, el viral baile del sobre al emitir su voto, selfies con las autoridades de mesa y militantes que se encontraban en el lugar.

Al mediodía sufragó en Río Gallegos, provincia de Santa Cruz, con expectativas por el resultado del Frente de Todos en las PASO 2021.

Con un gran operativo de seguridad montado en la puerta de la escuela, la expresidenta ingresó alrededor de las 12.20, sin larga fila ni demoras sólo estuvo unos breves minutos en el interior del establecimiento.

Muy jocosa, Cristina ensayó una suerte de baile mostrando el sobre con su voto.

“¡Chau, muchas gracias a todos!”, fueron las únicas palabras que mencionó CFK luego de ingresar el sobre en la urna.

Tal como estaba previsto, la ex mandataria regresó a la Capital Federal luego de votar en su provincia natal.

En la tarde del domingo aterrizó y se dirigió al búnker del Frente de Todos ubicado en la Avenida Corrientes al 6.200, en el barrio porteño de Chacarita.



Una vez cerrado el escrutinio, empezó el optimismo en el frente peronista. Sin embargo, al conocerse los primero resultados oficiales la alegría se transformo en fracaso. La derrota fue abrumadora en todo el país y perdieron en sus dos bastiones: Provincia de Buenos Aires, donde el kirchnerismo concentra la mayoría de los votos, y Santa Cruz, distrito que dio origen al oficialismo nacional.

Pasada la medianoche y con el 95% de las mesas escrutadas, Juntos por el Cambio se impuso en las PASO se impone como primer espacio opositor con el 40,16% de los votos a nivel nacional versus el 30,93% del Frente de Todos.

El segundo golpe fue en las primarias santacruceñas. Con más del 98% de las mesas escrutadas, el oficialismo sacaría el 26,45% de los votos, en contraste con Juntos por el Cambio, con el 38,61%.

En una elección marcada por la participación electoral más baja de la historia, el FDT además recibió resultados negativos en la Ciudad de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Santa Fe y otros 12 territorios.

Con estos números, el kirchnerismo pierde el quórum propio en el Senado, cuerpo que preside Cristina. Es decir, que de repetirse los resultados en noviembre, el FDT quedaría con seis senadores menos y tendría un bloque de 35 senadores, dos menos de los necesarios para la mayoría propia.

Con el resultado adverso ya declarado, pese al fallido festejo precoz de Axel Kicillof y los candidatos bonaerenses del Frente de Todos, el búnker oficialista se tiñó de sorpresa y desconcierto. El resultado esperado, una victoria de al menos cinco puntos en provincia de Buenos Aires, se convirtió en una derrota, inesperada, por esa misma diferencia, según publicó Perfil.

Después de que el búnker celeste se tiñera de gris, Alberto Fernández se hizo cargo de la derrota. “Hemos cometido errores y de eso debemos aprender”, reconoció el presidente. Afirmó que “el país necesita no volver atrás” y arengó: “En noviembre vamos a dar vuelta esta historia”.

A su lado estaba Cristina Kirchner, que, como el resto de los dirigentes oficialistas, no se pronunció tras la derrota. La vicepresidenta continuó así con el bajo perfil que mantuvo durante toda la campaña, con apariciones contadas y espaciadas.

El silencio de la vicepresidenta se remonta al cierre de listas, cuando dejó que Alberto Fernández eligiera a los principales candidatos bonaerenses y porteños, tras negarse a la postulación de su jefe de Gabinete Santiago Cafiero.

Acaso las declaraciones de CFK hayan coincidido con una lectura fina de las últimas encuestas, sobre todo después de los escándalos del Vacunatorio VIP y los festejos en Olivos.

Con los primeros resultados a la vista, se pudo vislumbrar lo que las encuestadoras comentaron en off: el oficialismo perdió por más puntos de lo que esperaba y desestimó el crecimiento del voto libertario, con la esperanza de que ese espacio perjudique a Juntos por el Cambio.

Otro punto clave, según los analistas, fue el Olivosgate. Hasta el escándalo de la foto del cumpleaños de la primera dama Fabiola Yáñez, la imagen Alberto Fernández venía midiendo bien. Incluso mejor que la vicepresidenta Cristina Fernández y el gobernador de la Provincia de Buenos Aires Axel Kicillof.

Sin embargo, tras el escándalo por el festejo de cumpleaños de Fabiola Yáñez, los votantes indecisos optaron en su mayoría por las distintas expresiones opositoras, como “castigo” al oficialismo.

El panorama parece difícil de revertir de cara a las elecciones generales del 14 de noviembre. Y como culpable varios en el oficialismo apuntan al primer mandatario.

Según comentó este domingo la periodista Romina Manguel en A24, altas fuentes cercanas a Cristina Kirchner no dudaron en culpar a Alberto Fernández por la derrota. “La foto de Olivos nos terminó rompiendo el c…”, comentaron, para resumir la escena.