Editorial de Cristina Pérez en Radio Mitre: “No pedirle la renuncia a Aníbal Fernández es validar su amenaza”

Miércoles 13 de Octubre de 2021, 00:20

La periodista y conductora Cristina Pérez criticó el elocuente silencio del presidente ante las amenazas de Aníbal Fernández contra Nik y desmenuzó los polémicos dichos del ex secretario de Comercio Guillermo Moreno.



*Editorial de Cristina Pérez en Confesiones en la noche por Radio Mitre

Lo de Guillermo Moreno es un síntoma. Mejor dicho, es otro síntoma de la descomposición del poder peronista evidenciada por la derrota. Es la reacción celular del peronismo a su propio síndrome de ingobernabilidad.

Lo impensado es que avance frontalmente declarando la terminalidad del Gobierno. El peronismo destituyente contra sí mismo. Ante la insoportable visión del propio despoder, Guillermo Moreno da la señal de una estampida. El temido desbande.

En el peronismo, traidor es el que pierde. Como un agente purificador nombra lo innombrable, Moreno evidencia que al peronismo no le importa forzar las instituciones con tal de asegurar poder. Qué más desestabilizador que pedir elecciones anticipadas cuando aún no se consumaron ni las legislativas.

Pero el exfuncionario que recibía a empresarios con la pistola en la mesa, no reconoce ya las jerarquías y también apuntó al corazón de la falla del cuarto gobierno kirchnerista: el pecado original de Cristina al elegir a un Presidente “no apto” -como él lo llama- y el desmanejo de la economía.

Nadie llegó tan lejos ni en la oposición al comparar a Alberto Fernández con Fernando de la Rúa que, a diferencia de él, tenía las dos cámaras del congreso en contra.

En tanto, Aníbal Fernández sigue siendo ministro de Seguridad luego de amenazar a un humorista. Abuso de poder, amenaza, inteligencia previa, difusión de datos personales, ataque a la libertad de expresión, antisemitismo.

El Presidente debió pedirle la renuncia a Aníbal Fernández. No pedirle la renuncia a Aníbal Fernández es validar su amenaza, eso hizo el Presidente. Por su parte, Aníbal Fernández pide disculpas de una ofensa que niega haber cometido con lo cual no ofrece ni siquiera arrepentimiento.

Está a un paso de decir que fue una sensación de amenaza la de Nik. Una de sus hijas se fue llorando al colegio luego del episodio. En el oficialismo, el jefe de Gabinete Manzur y el candidato porteño Leandro Santoro se diferenciaron del Ministro de Seguridad. Al final todos trabajan para disimular macanas.

El telón de fondo deja escuchar una cuenta regresiva que no es sólo la de las elecciones sino la de las consecuencias.

Al tiempo que decían que no querían más planes, los multiplicaron. Desde antes de las PASO, en plena campaña, incrementaron en un 60% el dinero que se les destina con la friolera de 135 mil millones extra de pesos para una caja que manejan los movimientos sociales K y, cuando no, La Cámpora.

Así lo consignó el periodista Bernardo Vázquez en el diario Clarín con un relevamiento sobre el aumento del presupuesto a la cartera de Desarrollo Social desde agosto.

Los números dejan en evidencia el negocio de la pobreza convertida en maquinaria electoral lubricada perversamente por la necesidad. Así se entiende mucho más claro que Emilio Pérsico quiera llenar de pobres el gobierno.

El que maneja a los pobres es definitivamente rico. Así se entiende que le moleste la democracia. La democracia estorba para quedarse sentado sobre esa montaña de plata.

El shock más brutal que atraviesa el Gobierno es que con todo ese dinero hayan perdido las elecciones. Todo este desfalco de las arcas del Estado a cielo abierto es parte de un manual populista al que las ideas se le gastaron, pero no tiene otras y no tiene tiempo.

Una Argentina que no produce le llama consumo a consumirse. Repartiendo lo que no hay, cortando en tajadas la miseria. Por pura voracidad. Como el condenado por los dioses a tener un apetito insaciable, que finalmente empieza a devorar su propio cuerpo para alimentar su propio cuerpo, y, de esa manera, solo acelera su deceso.

El consumo sin sustento productivo es calentamiento global en la pobre economía, es perforar el agujero de ozono y decir que te importa la ecología, es fuego fatuo de plata que se quema en bienes para los que cada vez alcanza menos.

El último capítulo de la saga ofrece un viejo sketch: el del controlador de precios que es el terror de los empresarios y que blande la ley de abastecimiento de la dictadura.

Moreno que fue el gran precursor de los patoteros en la secretaría de Comercio ya le anticipó que se preocupe más que de los precios del abastecimiento. Si Moreno se preocupa por el abastecimiento, qué nos queda al resto.

¿Dónde nos lleva el Gobierno? Esa es la gran pregunta mientras un presidente atolondrado baja del sulky, sube al auto y dice que si que si que si en cada discurso, cuando la realidad advierte por los no que se vienen cuando termine la fiesta de emisión que todos vamos a terminar pagando.