Fue secuestrada para ser esclava sexual y vivió durante años cautiva en una caja debajo de una cama
Lunes 27 de Diciembre de 2021, 09:36
Colleen Stan fue secuestrada cuando tenía 20 años. Vivió torturas, maltrato, sumisión y fue convertida en esclava sexual del depravado Cameron HookerSecuestro. En 1977, Stan tenía 20 años y se dirigía a una fiesta de cumpleaños. En el camino aceptó un aventó de Cameron Hooker y su esposa Janice, quienes además viajaban con un bebé. Unos minutos después, la pareja amenazó a la joven con un cuchillo, le pusieron una caja en la cabeza y la llevaron a una casa.
Torturas y violaciones. Colleen Stan pasó siete años, encerrada en un sótano bajo la cama de los Hooker. La encerraban en una caja de madera fabricada por su agresor hasta 23 horas diarias. Solo era liberada para ser violada y torturada por el hombre, que había diseñado instrumentos especiales para golpearla, quemarla, colgarla del techo y electrocutarla hasta que quede inconsciente.
Dos visitas y un retroceso
La primera vez que pudo bañarse fue casi tres meses después de su secuestro. Ya había perdido veinte kilos y había dejado de menstruar.
Hacia fin de año, él empezó a dejarla deambular por la casa haciendo tareas, totalmente desnuda.
Un año más tarde, en 1978, Janice tuvo una beba en esa cama que estaba sobre la caja en la que vivía aprisionada Colleen. “La familia” se agrandaba.
Como se mostraba sumisa y obediente, Cameron empezó a relajar sus controles. Temía que la salud de su esclava se deteriorara demasiado y se volviera inservible. Comenzó a dejarla salir al exterior para ejercitarse, trabajar en el jardín, ocuparse de los chicos de la pareja y, también, para ayudarlo a construir más calabozos en el sótano para nuevas esclavas sexuales. En la cabeza de Colleen no había lugar para cuestionamientos, debía sobrevivir y para ello hacía exactamente lo que le decían. Había vecinos, un teléfono, pero ella estaba anulada.
La primera vez que pudo bañarse fue casi tres meses después de su secuestro. Ya había perdido veinte kilos y había dejado de menstruar.
Hacia fin de año, él empezó a dejarla deambular por la casa haciendo tareas, totalmente desnuda.
Un año más tarde, en 1978, Janice tuvo una beba en esa cama que estaba sobre la caja en la que vivía aprisionada Colleen. “La familia” se agrandaba.
Como se mostraba sumisa y obediente, Cameron empezó a relajar sus controles. Temía que la salud de su esclava se deteriorara demasiado y se volviera inservible. Comenzó a dejarla salir al exterior para ejercitarse, trabajar en el jardín, ocuparse de los chicos de la pareja y, también, para ayudarlo a construir más calabozos en el sótano para nuevas esclavas sexuales. En la cabeza de Colleen no había lugar para cuestionamientos, debía sobrevivir y para ello hacía exactamente lo que le decían. Había vecinos, un teléfono, pero ella estaba anulada.
La caja de madera donde vivió durante años cautiva, debajo de la cama de su captor
El terror la había convertido en una zombie total. Aun con la puerta abierta, no fantaseaba con escapar. Creía que si lo hacía todo podía empeorar para ella otra vez.
Ya no dormía siempre en la caja y cuando hacía mucho calor la dejaban tirarse en el piso del baño atada con una cadena al inodoro y lavarse los dientes una vez por día.
Ya no dormía siempre en la caja y cuando hacía mucho calor la dejaban tirarse en el piso del baño atada con una cadena al inodoro y lavarse los dientes una vez por día.
Escape. Cameron Hooker le dijo a Stan que pertenecía a un grupo llamado La Compañía y que la matarían a ella y a toda su familia si llegaba a escaparse, además de obligarla a firmar un ’contrato de esclavitud’. Sin embargo, en 1984 y con la ayuda de la esposa del psicópata, Stan logró escapar. Cameron Hooker fue hallado culpable de secuestro y violación sexual, y fue condenado a 104 años de prisión.
Escapaba con la mente. “Pensé que me iba a morir”, contó Stan, quien ahora tiene 64 años y vive al norte de California, a la revista People en una entrevista realizada esta semana. “Aprendí que puedo ir a cualquier lugar con mi mente (…). Solo te sacas a ti misma de lo que está pasando y vas algún otro lugar. Vas a algún lugar placentero, con gente que te quiere. A lo que sea que te haga feliz”, cuenta.
Colleen sufría el Síndrome de Estocolmo: se había enamorado de su captor
Presente y futuro. Stan está casada por cuarta vez y tiene un nieto que cumplirá dos años en setiembre. Pese a todo por lo que ha pasado, Stan dice que ha tenido una maravillosa vida desde que escapó y está agradecida de estar viva. “Tu vida es un poco como un limbo cuando estás en cautiverio. Y cuando eres libre otra vez y tienes una nueva oportunidad es como si las puertas se abrieran y solo te queda correr”, dice. /RPP Noticias
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