Lunes 20 de Junio de 2022, 10:18
Intendente Carlos Gallia
Señor Director:
En los primeros días de enero conté mi situación como pequeño comerciante, atravesando serias dificultades económicas para poder continuar con la actividad que fuera iniciada por mi madre hace ya ocho años, anticipando que los continuos incrementos en los servicios y la caída en las ventas me obligaría a cerrar las puertas.
Esto lamentablemente ocurrió el 4 de febrero, quedando así tres familias sin empleo, donde me incluyo.
Ahora bien, sumado a la situación general que me causa enorme frustración, veo que la Municipalidad de Lules no tiene un solo programa que fomente, ayude y proteja la actividad comercial legal.
Tampoco toma medidas contra la ilegalidad del ingreso de mercadería que semanalmente llega desde la vecina Bolivia en micros y que se estacionan frente a la misma plaza principal y a escasos metros del despacho del intendente Carlos Gallia.
Esta mercadería que ingresa ilegalmente es la que luego compite con quienes pagamos nuestros alquileres, sueldos, aportes, impuestos, tasas y contribuciones y nos perjudica directamente dado que quedamos en desventaja comercial.
Cuando se le solicitó la aplicación de medidas, un funcionario municipal informó que "carecen de personal para esos controles".
Y aquí se produce mi "malestar", porque todos conocemos que el municipio abona mensualmente a más de tres mil personas que no desarrollan tarea alguna
Es lógico que esa cantidad de gente (24% del padrón) no podría presentarse a trabajar, porque no existe un lugar físico para que puedan hacerlo y desarrollar alguna tarea que sea útil a la comunidad
Bajo el rotulo de "contratados" y de supuestas "ayudas" esas más de tres mil personas que no son otra cosa que "rehenes políticos".
Deben hacer largas y a vergonzantes filas para cobrar en las instalaciones del club de futbol local, en lugar de hacerlo en un normal centro de pagos, lo que pone de manifiesto la aberrante situación de ser "uno de los municipios que más personas sin tarea tiene en la República", según se reveló en un programa de TN.
De esta forma, los fondos públicos que aportamos los que pagamos impuestos, en lugar de ir a obras que generen oferta genuina de trabajo y crecimiento, son utilizados para fines electorales en provecho de los políticos.
El Intendente designó a veintinueve de sus familiares con cargos jerárquicos. Un nepotismo en su más alto nivel.
Y todas estas irregularidades desembocan en tener hoy una ciudad
sumergida en el abandono, en donde hace cinco años que no se realiza una
sola obra pública, y donde reina una tremenda inseguridad.
Verónica Cabrera Guzmán
verocabrerag@hotmail.com
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