Desapareció de la puerta de su casa hace 16 años sin dejar rastro y desde entonces su madre vive un calvario

Domingo 07 de Agosto de 2022, 09:11

Milagros de los Ángeles Cordero desapareció el 2 de diciembre de 2006; desde aquel día, su familia lucha por ubicarla.



A las seis de la mañana las luces de las ciudades comienzan a prenderse. Es muy temprano y un gran porcentaje de trabajadores y estudiantes empiezan con su rutina diaria. Mientras tanto, en un hogar ubicado en Tortuguitas, en el partido de Malvinas Argentinas, Patricia Quiroz se despierta todos los días con una misma pregunta: ¿Dónde está mi hija? Hace 16 años, su pequeña, Milagros de los Ángeles Cordero, desapareció sin dejar rastros. Desde aquel día, emprende una lucha incansable, con el objetivo de dar con su paradero.

Era el 2 de diciembre del 2006. Patricia trabajaba cerca de la casa de su madre, a una distancia relativamente corta del lugar. Sergio Cordero, el padre de la menor, estaba al cuidado de ella y algunos de sus otros hijos: Brisa, Micaela, Gustavo, Alan y Lucas. Milagros, o Mili, como le decían sus allegados, tenía 5 años y jugaba en la vereda de su casa ubicada en las calles Paso de los Patos, entre Costa Rica y Bolivia. En aquel espacio, y ante los ojos de sus vecinos, se la vio por última vez.

“Yo me enteré a la noche recién, a las 22:30. Una de mis sobrinas vino a la casa de mi mamá, donde yo vivía, ya que estaba separada de Sergio. Me preguntó si ella estaba conmigo, y le dije que no. Mis amigas me habían invitado a comer y comencé a sentirme mal, tenía como una especie de presentimiento. Me descompuse y me llevaron al hospital, donde estuve dos horas. Volví y una de mis hermanas me dijo que no encontraban a Milagros. Fui a buscar al papá y le dije por qué se descuidó así. Él se percató de su desaparición unas horas antes, luego de que uno de los chicos le diga que ella no estaba”, recordó Patricia.

En ese instante, inició la búsqueda. Los vecinos comenzaron a hacerse eco de la noticia y realizaron manifestaciones, cortaron las vías de la estación Tierras Altas y recorrieron un sinfín de lugares para encontrarla. Por su parte, Patricia se acercaba casa por casa junto con la ayuda de sus seres queridos, en especial el apoyo de sus hermanas Edith y Estela. En simultáneo, los testigos que vieron el momento en el que se llevaron a Milagros aparecieron de a poco.

Milagros de los Ángeles Cordero desapareció en Tortuguitas, una ciudad ubicada en el partido de Malvinas Argentinas, provincia de Buenos Aires,
Milagros de los Ángeles Cordero desapareció en Tortuguitas, una ciudad ubicada en el partido de Malvinas Argentinas, provincia de Buenos Aires,Foto Países

Una de las vecinas afirmó que observó cómo un hombre en bicicleta se la llevó. Sin embargo, nunca dio aviso a la familia, ya que pensó que se trataba del tío de la niña. No obstante, la mujer logró identificarlo luego de verlo en una de las marchas que organizó el barrio, que contó con su participación. Se trataba de un cartonero de la zona, que vivía cerca de aquel sitio.

El 8 de diciembre las fuerzas de seguridad lo detuvieron y una nueva testigo apareció en escena: “Una mujer que vive en el barrio Estudiantes la vio a Milagros con él. Se percató de que ella lloraba mucho, pero el hijo y la nuera le dijeron que no se meta porque no sabía si era el papá con el que estaba”. Si bien lograron dar con su identidad, la Justicia lo dejó en libertad con el mismo argumento que se repite en varias causas: por falta de pruebas. “Declaró y la señora salió de testigo. Ella contó lo que vio. Estuvo detenido hasta el 17 de diciembre”, afirmó.

La Estación Tierras Altas, lugar que aquel diciembre de 2006 fue escenario del pedido de los vecinos de Malvinas Argentinas, quienes reclamaban por la aparición de Milagros
La Estación Tierras Altas, lugar que aquel diciembre de 2006 fue escenario del pedido de los vecinos de Malvinas Argentinas, quienes reclamaban por la aparición de MilagrosWikimedia Commons

Aquella declaración fue la última pista concreta que tenía. Por un tiempo, se hicieron allanamientos en la zona, pero al no encontrar nada, la causa quedó sin una resolución en la Unidad Fiscal de Instrucción N.º 2 de San Martín, ubicada en la calle Ricardo Balbín 1753. No obstante, Patricia nunca bajó los brazos. “Hasta el día de hoy, cuando voy por el lado de Capital Federal, veo por todos lados para ver si la veo. Sé que debe estar más distinta, pero hay algo característico de ella, y es que tenía una cicatriz en la frente por una caída que tuvo de pequeña”, sostiene, mientras sus pensamientos vuelven a dirigirse, con mucho dolor, en aquellos instantes desgarradores.

Quiroz mantiene vivos los recuerdos de Milagros y hasta el día de hoy lamenta no tener más postales de su rostro. La única imagen que lleva consigo y resguarda en un mueble del comedor de su casa, que se ubica junto con otros juguetes de ella, es la misma que divulgaron diversos organismos encargados de proveer asistencia a los padres cuyos hijos están perdidos, como Missing Children: “El papá no dejaba que le saquen. Esa foto la tengo gracias a mi vecina, que logró capturar una en un cumpleaños de una de sus hijas. Ahora, de grandes, mis hijos se empezaron a sacar fotos entre ellos, la guardan en el celular por cualquier cosa”.

Uno de los últimos recuerdos que tiene de ella no es el más feliz, ya que sucedió en un contexto de violencia con su exmarido: “Ella me dijo algún día te vamos a sacar de acá y le voy a pedir a Dios que le saque la maldad”. Por otro lado, sostuvo que era una chica despierta, educada y buena, con una sonrisa que alegraba a los demás.

Patricia Quiroz mantiene consigo los recuerdos de Milagros en un sector del comedor de su hogar en Tortuguitas
Patricia Quiroz mantiene consigo los recuerdos de Milagros en un sector del comedor de su hogar en TortuguitasPatricia Quiroz


Su desconfianza hacia la Justicia y las dudas que surgen en su mente

Patricia, junto con todos sus allegados, hasta el día de hoy, no entienden cómo liberaron al principal sospechoso de la desaparición. Asimismo, no puede evitar pensar en aquella incertidumbre que sentía hacia el final del 2006, mientras veía cómo él realizaba su vida con total normalidad y ella no podía dormir ante la ausencia de su hija.

Además, se vio limitada por el trato que sufría por parte de Sergio, quien no la dejaba salir de su hogar: “Tenía que salir a escondidas. En ese momento, tras la desaparición, volví a vivir ahí con él y me fui de lo de mi mamá para estar con mis otros hijos, pero no podía hacer nada porque vivía controlada. Se acercaba la Navidad y no tenía a mi bebé, mientras pensaba cómo ese hombre, el sospechoso, estaba libre”.


“Mi cabeza solo dice Milagros”

No hay ocasión en la que la niña no esté presente en la vida de la familia. La incertidumbre se presentó en diversos escenarios a lo largo de estos años, y hay un sinfín de anécdotas que pueden nombrar. “Por ejemplo, mi hijo, que ahora tiene 24, antes bailaba murga. Recuerdo cuando tenía 15, un día me levantó y me dijo que en la esquina de casa había una nena igual a su hermanita. Cuando fui, ya se había ido. A mí también me pasó lo mismo en varias ocasiones, de ver chicas iguales a ella. Estoy atenta siempre, la tengo en mi cabeza todo el tiempo”, ejemplificó, con un nudo en la garganta.

La actualización del rostro de Milagros de los Ángeles Cordero
La actualización del rostro de Milagros de los Ángeles CorderoArgentina Gobierno

Hay días en los que Quiroz no puede dormir debido al dolor que siente, pero no por una dolencia física, sino que más bien por una emocional. Afortunadamente, cuando siente que no le quedan energías, sus amistades y familiares nuevamente la ayudan a seguir en pie: “Yo tengo la fe en que algún día me voy a encontrar con ella. Siempre espero que vuelva, pienso que va a tocar la puerta y que la voy a recibir. Por ahí me hago mucha ilusión, no sé si ella me recordará. Ahora me dedico a trabajar para no estar tan encerrada y pensar todo el tiempo, pero la extraño mucho”.

A la derecha, Patricia Quiroz; a la izquierda, Estela, una de sus hermanas
A la derecha, Patricia Quiroz; a la izquierda, Estela, una de sus hermanasPatricia Quiroz

Patricia representa la perseverancia y es un claro ejemplo de lucha. En este sentido, y para reflejar lo que siente, es posible retomar las palabras de la cantante Natalia Lafourcade: “Yo te llevo dentro, hasta la raíz. Y por más que crezca, vas a estar aquí. Aunque yo me oculte tras la montaña, y encuentre un campo lleno de caña, no habrá manera, mi rayo de luna, que tú te vayas”.

Como ella, existen un sinfín de individuos que viven años de su vida sumidos en la incertidumbre y ansían llegar al final de la búsqueda de sus seres queridos. En la Argentina, hay otros casos similares, como el de Guadalupe, la niña de 5 años desaparecida el 2021 en San Luis, el de Sofía Herrera, en 2008, o el de Celeste María Calvo, en 2001. Estas historias invitan a pensar en el dolor que conlleva y la desesperación de no encontrar a un familiar, además de observar la ausencia de la Justicia. No obstante, todos tienen un mismo objetivo: reencontrarse y fundirse en un abrazo con ellos, sin que el reloj los apure. /La Nación