Viernes 22 de Septiembre de 2023, 07:38

VINCULOS POLITICOS. Según Jorge Urueña, ex jefe de Inteligencia de la Policía de Tucumán en 2013, los policías sediciosos se reunían en una sede política de Stella Maris Córdoba.
Fue el testimonio más breve de los que se escuchó hasta aquí en la sala del juicio por la protesta policial que originó los saqueos de 2013, y lo protagonizó el jefe del área de inteligencia, que como ocurrió en otras exposiciones, volvió a complicar al poder político, al que volvió a acusar de postergar algunas medidas, pero agregando como dato algo que hasta aquí era sólo un rumor: la sedición habría contado con apoyo de una parte del oficialismo.El ex comisario
Jorge Urueña encabezaba en esos días el Departamento de Inteligencia Criminal. Según dijo, tuvo dos intervenciones clave en esta situación. La primera, haber elaborado un informe sobre la posibilidad de que se registren los saqueos; y la segunda, los momentos en los que se podría haber desactivado la protesta que habían iniciado los policías revoltosos.
“Hicimos un informe en el que advertimos que podían registrarse saqueos similares a años anteriores en base a la información que recabamos en las calles y los datos estadísticos”, señaló Urueña. “En ese trabajo consigné también cuáles eran los centros comerciales que estaban más expuestos a sufrir los ataques. Se lo presentó al ministro de Seguridad
Jorge Gassenbauer y a los otros funcionarios del área”, indicó.
El ex comisario también detalló que con ese trabajo se diagramó el operativo Felices Fiestas que, por la huelga de los efectivos, no pudo ponerse en práctica en esos días. “Los funcionarios fueron los responsables de darle el visto bueno”, recalcó.
Después Urueña informó sobre la actividad que realizó el 8 de diciembre, señalando que por orden del jefe de Policía, Jorge Racedo, se presentó a realizar un informe sobre lo que ocurría en las inmediaciones del estadio de All Boys.
“Descubrí que en una sede partidaria de Stella Maris Córdoba un grupo de 70 a 80 personas realizaban planteos gremiales”, declaró. “¿Usted cree que ella estaba apoyando esa reunión?”, le preguntó la defensora Julieta Jorrat. “No puedo confirmar fehacientemente, pero podría decir que sí porque ellos estaban en ese local”, respondió.
El comisario retirado también confirmó que participó en la reunión que se realizó en la estación de servicio ubicada en el cruce de las avenidas Belgrano y América de la que participaron funcionarios y miembros de la plana mayor de la fuerza.
“En todo momento el jefe de Policía le dijo a Gassenbauer que ese era el momento para desarticular la protesta. Creo que habló con el gobernador (José Jorge) Alperovich y decidieron no hacer nada”, explicó. “También recomendé personalmente que si se tomaba algún tipo de medida, debería hacerse a la madrugada, cuando quedaban pocas personas en la Subjefatura, pero tampoco hicieron caso a esas recomendaciones”, añadió el comisario.
Urueña fue el que caminó entre medio de los sediciosos para filmar. Al relatar esa experiencia, cayó en varias contradicciones que fueron observadas por todas las partes. Por ejemplo, dijo que todos los manifestantes estaban armados y beligerantes, pero nunca esgrimieron las armas. Señaló además que él no observó que los líderes de la protesta hayan impedido que sus compañeros cumplan con su función, pero dijo que a los leales les resultaba difícil llegar hasta donde debían presentarse a cumplir con sus funciones.
El ex comisario Jorge Urueña indicó que por iniciativa propia se presentó solo a averiguar qué sucedía en la Subjefatura, a pesar de que contaba con 51 efectivos a su cargo. “Siempre éramos mal vistos por los trabajos que debíamos realizar en este tipo de situaciones. Para no perjudicar a los subalternos, preferí ir sin compañía y no tuve problemas”, explicó, generando sorpresa entre todas las partes.
Pese al esfuerzo de los acusadores, el ex jefe policial pudo identificar a tres de los sospechados como líderes de la sedición. Ellos fueron Diego Herrera, Miguel Ángel Toledo (ya fallecido) y el policía retirado Pablo “El Zafrero” Pérez. Los otros acusados respiraron aliviados y, en un cuarto intermedio, Flavia Bedmar, al darse cuenta de que estaba por ser fotografiada junto a Herrera dijo: “no me escrachés”.
Las audiencias tendrán continuidad a partir del próximo martes, cuando sigan desfilando los jefes policiales que participaron de diferentes maneras en los sucesos ocurridos en aquel nefasto diciembre de 2013.
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