Tras concluir que, en efecto, estaba despierto y que había alguien más con él en el baño, intentó explicarle con temor que aquella era su habitación. “Excuse me. It’s my room. Le dije, porque además tampoco es que el inglés a mí se me dé muy bien”, continuó. Para su mala suerte, el hombre no le respondió y simplemente se dirigió hasta la cama y se acostó.
Entonces, el periodista llamó a la recepción para contarles lo sucedido y, en primera instancia, el personal del alojamiento le dijo que él era responsable de a quiénes dejaba entrar a la habitación. Sin embargo, Mardones les aclaró la situación una vez más y allí acudieron en su ayuda.
Luego de que el recepcionista “que por suerte hablaba español” -aclara Mardones- se comunicara con el extraño, lo tapara con una toalla y lo sacara de la habitación, el periodista fue informado de que
se trataba de un turista ruso cuya habitación estaba a dos puertas de la suya.
Momentos después, personal del hotel le trajo ropa de cama y toallas limpias para que el español pudiera descansar, lo cual le resultó un tanto complicado, ya que se desveló varias veces. En lo que respecta a cómo entró el desconocido a su cuarto,
Mardones cree que debe haber dejado entreabierta su puerta, por lo que el turista desorientado ingresó fácilmente.En este sentido, aconsejó a sus seguidores que “revisen bien que cerraron la puerta de la habitación y también el cerrojo”, pues reconoció que él no lo hizo pero a partir de ahora no dejaré de hacerlo”, aseguró. “Ahora lo cuento con humor, pero casi me da un infarto”, reconoció sobre la traumática experiencia. /
Los Andes