"Mamá, voy a comprar un helado": hace una semana que Burruyacú llora la muerte de Guadalupe

Lunes 05 de Febrero de 2024, 11:41

"Nunca pensamos tener que andar buscando abogados para pedir justicia por nuestra hija": Guadalupe Escasena fue atropellada frente a su casa a las 21:15 del domingo 28 de enero. Su familia acusa el accionar político y policial de Taruca Pampa.



Hace una semana que todo en Taruca Pampa, departamento Burruyacú, se convertía en dolor: “Mamá, voy a ir a comprar un helado” fueron las últimas palabras de Guadalupe Escasena antes del trágico momento que le arrebataría la vida.

Guada cruzó al frente de su casa, ubicada sobre la ruta 304 en el el km 47, para comprar ese helado. Al prepararse para cruzar la ruta (como lo hizo durante toda su vida), en un confuso episodio, recibió el impacto de un automóvil Fiat Cronos color blanco, que la arrojó directamente a la puerta de su propia casa.

Desde ese momento, distintas versiones rodean la muerte de Guada y su familia pide la difusión del caso: “Le dije lo de siempre cuando ella cruzaba: ‘Con cuidado hija’. Cuando escuché el ruido de ella cayendo en la puerta de casa y me llamaron de inmediato supe que la habían chocado. Ya estaba muerta. Yo primero lo insulté y me abalancé contra el conductor, después me desvanecí y me desperté camino al hospital en el auto de mi cuñado. Mi marido la levantó y la llevó al hospital. Todos nuestros familiares y varios vecinos amigos que estaban ahí se fueron por detrás de nosotros. En eso es que pasaron muchas cosas que todavía no están claras” expresó su mamá, Verónica González, con eltucumano.

Guadalupe tenía once años y era la menor de dos hermanos, siendo el otro un joven de 19 años. Su papá tiene un taller de autos y también trabaja haciendo viajes en su auto. Su mamá, trabaja con la comuna de Taruca Pampa prestando servicios en el comedor de la misma escuela a la que asistía Guada, y también es esteticista y manicurista. “Somos una familia normal, nunca tuvimos lujos pero tampoco nos falta nada. Yo trabajo con el delegado de acá y por eso me dolió mucho lo que hizo”.

Esto último que acusa Verónica, tiene que ver con una serie de videos que se habrían difundido por la zona, y en donde se podría divisar algo inusual: “Mientras nosotros estábamos muriendo de dolor en el hospital, el delegado llegó y revisó el auto por entero. En ese auto venían de fiesta, cuando fue el accidente el conductor se bajó y bajaron muchas mujeres vestidas como de fiesta. El delegado revisó todo, guantera, todo. Luego se subió a ese auto y lo llevaron a la comisaría. Llegó la policía rural e hizo los peritajes pero donde cayó el cuerpo de mi hija, no donde la atropellaron, porque tenemos testigos que aseguran que ella estaba parada en la banquina, o sea que el auto se metió por la banquina” aseguró la mamá de Guadalupe.

La familia de Guada la describen como una niña que parecía mucho más grande, y no solamente por el metro sesenta que la acompañaba con sus once años recién cumplidos, sino que también por su forma de ser: “Era muy madura, tranquila, respetuosa, independiente. Era como una niña grande. Toda su vida supo como se cruzaba la ruta, no puedo creer que me digan que ella no miró. Y tengo testigos pero tienen miedo, porque acá la mayoría de la gente vive del sueldo de la comuna porque no hay trabajo, entonces tengo vecinos y vecinas que habiendo visto todo ahora no se animan a hablar porque creen que el delegado tiene algo que ver con el asesino”, aseguró.


En medio de este tormento que acaba de comenzar para la familia Escasena, Juan, el papá de la víctima, se refirió al estrés que significa tratar de encontrar un abogado que los ayude: “Me llamaron mil abogados. Todos quieren arreglar por el dinero del seguro, se fijan el modelo del auto y empiezan a hacer números. O sino apuntan a meterle mil abogados al delegado. Yo sé que el delegado estuvo pésimo pero no quiero hacerle juicio a él, él no es el asesino. No vino ni un solo abogado o abogada que me diga ‘vamos a sacarle el carnet de conducir a ese tipo, lo vamos a inhabilitar de por vida a manejar, y si vuelve a manejar irá preso’, no, nada, solo ven cuánta plata se puede sacar. Yo solamente soy un trabajador que lleva 25 años haciendo remis, nunca pensé que tener que buscar un abogado y menos para una desgracia así. Realmente no sabemos qué hacer”, se lamentó con el medio.

Finalmente, Juan apuntó a otras irregularidades que habrían sucedido en las horas posteriores a la muerte de su hija: “Le hicieron el dosaje a las cuatro de la mañana, o sea, como siete horas después del hecho. Además, hicimos una marcha y exigimos ver el auto en la comisaría el miércoles. Lo lavaron entero, le lavaron toda la sangre que tenía antes en el capó, por dentro y por fuera está impecable. No entiendo nada”.

A las 21:15 de este domingo 4 de febrero, se cumplirá la primera semana en que la pequeña niña perdió la vida de manera trágica, para caer desplomada frente a su propia casa. Su familia pide difusión y viralización del caso para encontrar respuestas en medio del caos que atraviesan en estos momentos. /eltucumano