Se trata de una orden emitida por la Administración del Ciberespacio de China, que es el organismo regulador de Internet en el país asiático, y el que ha determinado que hay un conjunto de aplicaciones que generan preocupación sobre la seguridad nacional.
La aplicación fue vetada en 2017 a pocos días de que comenzara el XIX Congreso del Partido Comunista, en el que Xi revalidó su cargo por otros cinco años, a lo que hay que sumar la reforma de la Constitución de 2018 para eliminar el límite de dos mandatos presidenciales.
Algunos medios locales atribuyeron entonces el veto a WhatsApp a una estrategia del Gobierno para perjudicar a WhatsApp en favor de su rival local, la aplicación WeChat, que colabora con la censura del país borrando mensajes o cuentas enteras con material político “sensible”.
Por otra parte, en Nicaragua, Gustavo Porras, uno de los personajes con mayor poder en la dictadura de Nicaragua, transmitió a los militantes sandinistas la prohibición ordenada por Daniel Ortega para “incorporarse a iniciativas particulares o grupos de WhatsApp, ni firmar pronunciamientos o comunicaciones o llamados” que no hayan sido consultados o autorizados por el partido gobernante.
“Nosotros tenemos que ser cuidadosos, porque en estos tiempos ya te agregan a un grupo de WhatsApp y no sabés las intenciones que puede haber y pueden haber agregado a otros compañeros que de pronto nos da confianza y caemos en una falta o en una indisciplina. Esto es una orientación del comandante Daniel”, explica Porras en el audio difundido este jueves por redes sociales.
De acuerdo con la directriz leída por Porras, los militantes sandinistas solo podrían integrar grupos de WhatsApp con la autorización de la Secretaría del Frente Sandinista, que preside el propio Daniel Ortega. /Infobae