Durante años el Gobierno estadounidense ha confiscado docenas de vehículos de lujo, entre otros activos, que se dirigieron a Venezuela, pero nunca un vehículo de tanta relevancia y simbolismo.
El pasado mes de abril, Estados Unidos revirtió parcialmente el alivio de las sanciones sobre el petróleo y gas venezolano, al acusar al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, de incumplir sus compromisos electorales con la inhabilitación de la candidata opositora María Corina Machado. Desde las contestadas elecciones venezolanas del pasado 28 de julio, ganadas oficialmente por Maduro en medio de denuncias de fraude, Estados Unidos ha sido muy crítico con el Gobierno chavista.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) proclamó presidente a Maduro sin presentar siquiera un acta oficial. El Tribunal Supremo Electoral avaló la proclamación.
La semana pasada, el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, afirmó que la continua negativa del Consejo Nacional Electoral a defender los estándares internacionales y venezolanos de transparencia es una
“violación inaceptable” de las leyes del país.
Como respuesta, el Gobierno de Venezuela aseguró que
“no deben explicaciones” a Estados Unidos sobre la reelección de Maduro. A juicio de Caracas, el Departamento de Estado norteamericano “insiste en su despreciable posición de meterse en asuntos que no son de su incumbencia”, apuntó el canciller venezolano, Yván Gil. /
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