Los incendios también afectaron la calidad del aire en las ciudades bolivianas, llevando al Ministerio de Salud a emitir una alerta sanitaria.
La declaración de emergencia busca movilizar apoyo internacional para combatir los incendios. El ministro de Defensa boliviano, Edmundo Novillo, anunció que Venezuela, Francia y Brasil se comprometieron a ofrecer ayuda.
La cooperación internacional es crucial para enfrentar la crisis y mitigar el impacto ambiental y sanitario de los incendios.
Hasta el momento, unas 3,8 millones de hectáreas han sido consumidas por el fuego, de las cuales el 60% son pastizales y 40% bosques, mientras que varias áreas protegidas de la Amazonia boliviana han sido afectadas, indicó el ministro de Medio Ambiente, Alan Lisperguer.
Los incendios forestales empezaron hace tres meses, pero en las últimas semanas se han propagado y salido de control. El gobierno movilizó unos 5.000 bomberos voluntarios. Tres helicópteros cisterna han resultado insuficientes para contener el avance de las llamas.
En los últimos días, los fuertes vientos y la sequía agravaron el problema. Las tres ciudades más pobladas del país —Santa Cruz, La Paz y Cochabamba— tenían el sábado un índice de calidad del aire malo debido a la humareda. En algunas pequeñas ciudades del oriente las clases presenciales fueron suspendidas y se aplicó la enseñanza a distancia.
Los incendios forestales en el país se han agravado en los últimos años debido al cambio climático, y los expertos anticipan que el problema tiende a agudizarse cada año.