A pesar de los constantes ajustes necesarios, Hamilton reveló en la radio del equipo que tuvo que modificar completamente su estilo de conducción para evitar el patinaje de las ruedas, consecuencia directa de las bajas temperaturas de los neumáticos.
El resultado fue una tarde muy frustrante para Hamilton, quien intentó implementar una estrategia de una sola parada, como muchos otros en la parrilla, pero sin avances significativos. Una chispa de esperanza surgió cuando Carlos Sainz y Sergio Pérez se estrellaron hacia el final de la carrera, lo que permitió a Hamilton escalar al noveno lugar. Sin embargo, para un piloto de su calibre que ha ganado dos de las cinco carreras anteriores, esta posición no fue satisfactoria.
George Russell, su compañero de equipo en Mercedes, mostró un rendimiento más sólido. Partiendo desde la quinta posición, logró avanzar hasta el tercer lugar, beneficiándose también del accidente. Este desempeño le permitió sumar valiosos puntos al equipo en un fin de semana complicado.
El ganador de la carrera fue Oscar Piastri, de McLaren, quien terminó por delante de Charles Leclerc de Ferrari. El líder del campeonato, Max Verstappen, ocupó un meritorio quinto lugar después de una competencia en la que no logró alcanzar su habitual forma dominante.
“Hemos conseguido puntos hoy y George Russell ha conseguido buenos puntos hoy”, destacó Hamilton, a pesar de su evidente desilusión.
Sin mejoras previstas para el próximo Gran Premio en Singapur, el británico aguarda que la situación se modifique.
“Espero mejoras en algún momento y espero estar en una mejor situación en Austin”, consideró tras calificar el rendimiento del coche en Bakú de
“malísimo, casi cómico”, reflejando la frustración de un fin de semana que estuvo lejos de ser ideal para él y su equipo. /
Infobae