Santiagueño alborotó un telo al colarse para buscar a su novia

Lunes 16 de Septiembre de 2024, 07:39

DETENIDO. Pese a que trató de escabullirse entre la maleza luego de armar un revuelo en el telo durante la madrugada del domingo, el furioso novio engañado terminó preso.



Un joven del barrio San Fernando, en ciudad santiagueña de La Banda, madrugó y alborotó el domingo a una veintena de parejas acurrucadas en un motel de calle Independencia, al sur, al copar sus instalaciones resuelto en liberar a su novia de los brazos de otro hombre.

El escándalo sobrevino antes de las 7, cuando un joven de 21 años trepó una de las tapias e ingresó a las instalaciones, en cuyas habitaciones prevalecían luces tenues, autos, motocicletas, 4 x 4 y puertas cerradas.

El singular suceso tuvo de epicentro un motel a la vera de la avenida Independencia. Alrededor, el local tiene de "vecinos" dos cementerios privados y un conjunto de locales comerciales, obviamente cerrados.

Decidido como él solo, el intruso obró sin sutilezas. A los gritos, exigiendo por su "novia", habría promovido desórdenes y arrojado al piso artículos del decorado, mientras la encargada procuraba sosegarlo.

Poco y nada pareció importarle al  invasor el discurso pacificador de la encargada. Como no encontró respuestas a su "problema", comenzó a golpear todas las puertas de las habitaciones, provocando perplejidad del otro lado, con mortales ávidos de reserva absoluta.

Así, cinco minutos después, el bandeño habría dado con la habitación correcta, en cuyo interior se encontraba su "novia", de 21 años, con residencia en el Bº Islas Malvinas, pero con otro joven.

Los testigos subrayaron que sobrevino una situación tensa, con gritos, cuestionamientos, preguntas y respuestas, a contraposición del escenario con parejas proclives a escasas palabras.

Mientras tanto, por protocolo, la empleada alertó a la policía y a los pocos minutos un par de policías "motoqueros" se unieron al incidente, mientras los terceros literalmente se atrincheraban en sus habitaciones, ignorantes del porqué de tanto "barullo".

Para entonces, el visitante había visto y escuchado suficiente de su novia. Antes de despedirse, la habría amenazado. Después, trepó otra vez una tapia e intentó perderse en la espesura del monte.

Detrás le cayeron los policías, lo inmovilizaron, esposaron y trasladaron hacia la Subcomisaría de la Costa. Ahora, su futuro inmediato será potestad de una fiscal de turno, con dos cargos tentativos: "daños", por el motel, y "amenazas", al parecer en perjuicio según él de su "novia".

Sobre el final de la jornada, las fiscales se aprestaban a reintegrar a la sociedad al muchacho, ya que nadie se atrevería en presentar denuncias en contra suya, según deslizaron los voceros policiales.

Éstos complementaron la historia que el bandeño dejó en su forzada retirada del motel, perseguido por luces intensas de las motocicletas. "Cuando las parejas tuvieron certezas de que ninguna era buscada por nadie, recién entonces pagaron, subieron a sus vehículos y se retiraron, casi a las 8 de la mañana".

Las fuentes deslizaron que quien sí formalizaría una denuncia policial sería la encargada del motel, ya que lo prevén sus obligaciones laborales, en virtud de que el lugar está lleno de cámaras que habrían filmado el paso del bandeño, desde su presentación, poco "ortodoxa" inspección de cada habitación, hasta su repentina despedida.

En esta jornada, los policías elevarán los informes correspondientes a los fiscales y éstos evaluarán si "facturan" al novio su osadía, al erigirse en literal tercero en discordia dentro del motel, o bien todo queda archivado.
/El Liberal