Miércoles 18 de Septiembre de 2024, 14:48
Una madre se contactó con una pastelera, que le recomendó una amiga, para encargarle una torta de cumpleaños para su hijo, que festejaba sus 12 años el fin de semana. La mujer le pasó las medidas y los precios, llegaron a un acuerdo y todo quedó agendado para la fecha pactada. Si bien todo parecía que iba a salir bien, cuando la torta llegó a destino la desilusión fue total.
Las indicaciones de la madre parecían claras, una torta de los personajes animados Rick y Morty para el 22 de junio. Inmediatamente, la pastelera le pasó las medidas y los precios:
“15 a 20 porciones: desde $38.000? y “35 a 40 porciones: desde $49.000?.
La mamá eligió la segunda opción, le transfirió la plata y le pasó su dirección para que el día de la fecha pactada se lo envié. Ese día, la mujer le avisó que su torta estaba en camino, ella le agradeció, pero cuando la abrió se llevó terrible sorpresa y desilusión.
“Recién me llegó la torta, pero me mandaste cualquier cosa”, le escribió la madre. La pastelera le respondió, sin entender qué pasaba: “Imposible, te mandé lo que me pediste”.
“Te pedí una torta de Rick y Morty”, le envió junto a una foto de referencia y agregó:
“Pero me mandaste una de Ricky Martin, ¡¿cómo te voy a pedir una torta de Ricky Martin para un nene de 12 años?!”.