Sábado 27 de Abril de 2024, 14:29
Cada golpe, cada punto es especial para Rafael Nadal sobre este terreno. Es su casa.
Así lo siente él, y así se lo hacen sentir los madrileños que coparon el estadio Manolo Santana. El Masters 1000 de Madrid vive una circunstancia especial: a los 37 años, cada partido de Rafa puede ser el último. Ya lo dijo él: será su despedida del emblemático torneo de la capital española. Por eso, los aplausos; por eso, la emoción del manacorí en cada pelota.
Por eso, también, los espectadores de lujo. Como Zinedine Zidane, en la primera fila; o como la estrella que viva la mitad de Madrid, Vinicius Jr., sentado en un segundo plano, con gorrita y gafas de sol. Todos quieren ver al rey del polvo de ladrillo, a uno de los mejores de la historia, y a quien Madrid más veces ha visto ganar. También el rey de España, Felipe VI, que aplaudía con decoro a su ídolo.
Vestido de lila, con detalles anaranjados,
Nadal consiguió un triunfo notable en su regreso a las canchas, frente a un hombre que es número 11 del mundo y hasta hace poco estuvo entre los top ten, el australiano Ales de Miñaur.
Rafa se impuso con solvencia por 7-6 (8-6) y 6-3 y este lunes lo espera un argentino, Pedro Cachin, que dejó en el camino al estadounidense Frances Tiafoe. Fue una verdadera prueba de fuego para el español, que en su presentación en el torneo había apabullado al juvenil Darwin Blanch, de 16 años.
Rafael Nadal jugará con el argentino Pedro Cachin en la tercera rondaPara Nadal, esto no es jugar por jugar, sabiendo que este año es el último. Animal competitivo, más allá de que su gran objetivo sea estar en Roland Garros, el manacorí se lo toma bien en serio. A tal punto que en el primer set se desgañitó en una discusión con el umpire, el irlandés Fergus Murphy. Fue en el tercer juego, cuando Rafa juzgó que una devolución del australiano se había ido larga. El español dejó de jugar el punto y esperó que se revisara la acción, pero el umpire le indicó que no había hecho el gesto de challenge, por lo cual no correspondía la revisión. Nadal se acercó al juez de silla muy enojado y tuvo intercambio subido de tono.