El abogado de Marotte, Fernando Soto, quien también fue defensor de otros agentes en casos de legítima defensa, sostuvo desde un principio que la oficial no tenía otra opción más que disparar para proteger su vida.
Durante todo el proceso penal, Marotte recibió el apoyo de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien expresó públicamente su respaldo a la suboficial.
“No me arrepiento porque si no la historia hubiera sido otra”Marotte relató cómo el hecho cambió su día a día por completo. “Mi vida y la de mi familia por momentos fue un calvario, atravesé muchas situaciones de angustia. Fue un proceso extremadamente duro”, admitió la oficial, quien aún lucha por sobrellevar las secuelas emocionales del incidente.A pesar del apoyo institucional que recibió, tanto de sus superiores como de sus camaradas, quienes le brindaron contención psicológica, el impacto fue profundo. Marotte explicó que, aunque en algún momento le gustaría volver a trabajar como policía, necesita tiempo para recomponerse emocionalmente. “Por ahora necesito enfocarme en estar mejor para poder tener una vida más tranquila junto a mi hija”, afirmó, dejando en claro que su prioridad actual es recuperar la paz emocional.
Sobre las amenazas o posibles represalias de los familiares del delincuente abatido, la suboficial prefirió ser cauta. “Decidí restringir mis redes sociales para que no tengan acceso a mí. Hubo sucesos que no pude corroborar si fueron relacionados con los familiares de la persona en cuestión”, explicó, mostrando la prudencia con la que ha manejado su vida tras lo ocurrido.
Consultada sobre si se arrepiente de haber disparado, Marotte fue clara: “En un momento en donde está en juego la vida de uno o de un tercero, no hay que dudar. No me arrepiento porque hoy en día la historia podría ser otra. Pensé mucho en mi hija en ese momento”.
“Nunca tuve la intención de hacerlo, pero no me quedó otra alternativa”, aseguró con firmeza. En una fracción de segundo, la suboficial tomó la decisión que consideró necesaria para proteger su vida, una decisión que, según ella, también estaba motivada por el deseo de volver a ver a su hija.
Finalmente, dejó un mensaje para sus compañeros de la fuerza: “Les digo que no duden en actuar, que hoy en día tenemos quien nos respalde para poder estar más tranquilos en el momento de nuestro accionar”. Con esas palabras, la oficial hizo referencia al respaldo político y judicial que recibió durante el proceso, lo que la llevó a no cuestionar su accionar en el momento más crítico de su vida.
El fiscal, tras analizar las pruebas, solicitó que la oficial fuera sobreseída al considerar que no hubo exceso en el uso de la fuerza. “La oficial actuó ante una agresión ilegítima y el peligro inminente para su vida. Creyó razonablemente que el arma que le apuntaban era real, y en ese contexto, disparó para protegerse”, sostuvo Recchini en su dictamen.
La jueza Zucconi, al coincidir con este análisis, dictó el sobreseimiento de Marotte y destacó que la oficial actuó en defensa de su vida, en una situación de extrema violencia y sin otra opción para evitar el ataque.
/TN