Lo secuestró un clan narco y dijo que era por una deuda de consumo, aunque su familia se dedica al narcomenudeo

Jueves 23 de Mayo de 2024, 07:13

ALLANAMIENTOS. La justicia federal que investiga el caso ordenó varios ´procedimientos y duda de la versión dada por el joven secuestrado.



Quedará registrado en las estadísticas como un secuestro extorsivo vinculado al tráfico y venta de drogas, pero puesto en el contexto de la creciente actividad criminal vinculada con la comercialización de estupefacientes, sin duda lo ocurrido en las últimas semanas en Tucumán adquiere otro significado.

Para los investigadores se trata de una prueba contundente del poder que manejan y el terror que imponen los clanes que controlan la venta de droga al menudeo en los barrios del Gran San Miguel de Tucumán, donde la Policía realizó varios allanamientos en distintos sectores que concluyeron con la detención de tres hombres y una mujer.

El 30 de abril, un joven cuyos datos no se difundirán por el momento, fue cercado por desconocidos cuando cumplía con su trabajo como repartidor

Lo trasladaron a un lugar que no supo ubicar y se comunicaron a sus familiares para demandarles la entrega de una suma de dinero no determinada para que liberarlo, a lo que sus parientes respondieron con prontitud, aunque en forma parcial, tras lo cual los secuestradores abandonaron a la víctima en un paraje de San Andrés.

Los familiares radicaron la denuncia ante las autoridades correspondientes que, por tratarse de un delito federal, dieron intervención el fiscal federal Agustín Chit que, además de ordenar una serie de medidas, entrevistó a la víctima del delito.

El joven contó que los secuestradores lo atraparon porque su hermana, adicta, les adeudaba una importante suma de dinero, y agregó que los autores del plagio habrían filmado videos simulando que le cortaban un dedo con una amoladora o fingiendo que lo ejecutaban accionando sus armas junto a su cabeza para remitirlos a sus familiares.

Contó también que después de que sus parientes entregaran una parte del dinero requerido, los secuestradores terminaron liberándolo en las afueras de San Andrés, desde donde tuvo que caminar hasta que logró pedir ayuda,a demás de agregar que los delincuentes, a los que habría identificado como miembros del clan Mansilla, le sustrajeron la moto.

Con esos datos, el fiscal solicitó a los efectivos del Departamento de Inteligencia que iniciaran una pesquisa, que se puso en marcha bajo el mando de los comisarios Omar Soria y Víctor Lazarte, quienes establecieron algunas particularidades que hicieron más llamativo al caso.

En primer lugar, determinaron que la víctima forma parte de una familia sospechada dedicada a la venta de drogas, ya que su madre y una hermana estuvieron procesadas por ese delito en barrio El Molino y están cumpliendo actualmente arresto domiciliario en la misma casa en que viven.

Establecieron también que el joven no cuenta con tiene antecedentes y que con su trabajo mantiene a toda la familia, tarea que dejó de realizar tras el robo del rodado que usaba. 

Lo que no se pudo establecer aún es el origen de la deuda que reclamaba el clan Mansilla, ya que más allá de lo que expuso el secuestrado sobre una deuda generada por el consumo de droga, todoa punta a que en realidad se trataría de dinero de la venta de estupefacientes que no fue entregado a los autores del secuestro.