Fallo judicial: cómo encubrieron al violador José Alperovich sus dos íntimos amigos Dante Loza, actual jefe del IPLA, y Jorge Gassenbauer

Sábado 09 de Noviembre de 2024, 13:30

Dante Loza y José Alperovich.



FRAGMENTO DEL FALLO DE CONDENA DEL VIOLADOR JOSE ALPEROVICH A 16 AÑOS DE CARCEL

Dante Loza y Jorge Gassenbauer

Ambos, junto con Beatriz Mirkin y Sara Alperovich, integraban el grupo de mayor confianza de Alperovich. Como otros tantos, son testigos reticentes y sus propias manifestaciones durante las audiencias dan cuenta de sus motivaciones o de sus intereses para no enfrentarse con el condenado. Pese a ello, son de interés para confirmar especialmente el hecho 1, del que se desprende que era Alperovich quien decidía la distribución de las personas en sus departamentos.

El tratamiento conjunto de sus testimonios, tiene que ver, no solo con la cercanía que ambos tienen, sino también con que estuvieron presentes en los viajes que realizaron a esta Ciudad de Buenos Aires, en el marco de los cuales se llevaron a cabo dos de los sucesos por los que fue condenado Alperovich.

Recordemos que por orden de Alperovich, Loza y Gassenbauer pernoctaron en el departamento lindante al inmueble en el que tuvo lugar el primero de los hechos, lugar en el que quedaron a solas por mandato del nombrado, él y M.F.L. A partir de esa orden, Alperovich logró perpetrar el hecho en cuestión.

Al respecto, Loza dio cuenta de la forma en que se decidía quien dormía en cada lugar, y en tal sentido dijo: “…el senador, llegábamos a Buenos Aires y me decía acá está la llave, andá para acá, para allá, fueron muchas veces que fuimos, momentos que directamente entrábamos con él, con Jorge y nos hospedábamos en el departamento principal, otras veces venía su familia y me decían ahí te vas al departamento de al lado…”.

Loza integró la lista en aquellas elecciones como candidato a legislador de la provincia de Tucumán. 

Explicó que conoció a M.F.L. cuando se incorporó al espacio de trabajo a fines del año 2017 y que su relación con ella era muy buena. También dio cuenta de la eficacia laboral que exhibía M.F.L.

Recordó haber compartido un viaje en particular con M.F.L., intentó ignorar esa circunstancia en la que Alperovich dispuso lo necesario para quedarse a solas con ella, pero luego recordó haberla visto vestida con ropa de gimnasia mientras conversaba con aquel.

También eludió explicar los motivos por los cuales M.F.L. se apartó del equipo de trabajo, para lo cual señaló que, si bien le llamó la atención, los desconocía.

Es muy poco lo que el testigo aportó, salvo demostrar su intención por evitar cualquier conflicto con su jefe político.

Gassenbauer, por su parte, admitió mantener una relación con Alperovich que data del año 2007, habiéndose desempeñado en distintos cargos durante las gestiones de aquél.

También definió a M.F.L. como una persona inteligente, con mucha voluntad de trabajo, que, si bien carecía de experiencia, era la responsable del armado de la campaña.

Nuevamente se advierte aquí la disociación de M.F.L. a la que tanto me he referido.

Recordó que Alperovich, en una ocasión, durmió en el departamento principal de Puerto Madero junto a M.F.L., y que él y Loza lo hicieron en el otro. Esto refuerza plenamente las manifestaciones de M.F.L. respecto al primer hecho que sufrió.

Intentó no entrar en detalles cuando fue interrogado sobre una conversación con M.F.L., convocada por él mismo, pero expresó que en esa oportunidad la vio agotada, muy desmejorada, estresada, tensionada, pero que solo fue una charla de dos o tres minutos.

Sin embargo, pudo recordar que M.F.L. le señaló que estaba recibiendo asistencia psicológica y que su intención era la de apartarse del espacio de trabajo, lo que finalmente terminó por realizar unos días después.

Dijo que Alperovich le hizo saber a él que el motivo del apartamiento del espacio por parte de M.F.L. se debió, según sus palabras, a que “no podía con su trabajo”.

Refirió que su decisión no le llamó atención porque eran evidentes las condiciones en las que ella estaba. La vio muy agotada y los últimos días de la campaña iban a ser los más duros.

Esta manifestación que pretendió favorecer a Alperovich puede confrontarse con la posición de la defensa, quien admitió que era una trabajadora excelente, pero que se había ido por intereses espurios.

Ante el interrogatorio de las partes, dijo que luego de la renuncia se juntó a tomar un café con David Mizrahi, ocasión en que, según él le había comentado, no sabía el motivo “real” de la renuncia de M.F.L.

Sin embargo, ante las repreguntas sobre el término “real” al que hizo alusión espontáneamente, expresó: “…el motivo de la renuncia era la incapacidad de ella de poder trabajar, entonces cuando yo me senté con David le dije que vuelva, me dijo, no, no vuelve porque no puede trabajar, creíamos que había una posibilidad de que se reincorpore si se recuperaba…”.

Cuando tomó conocimiento de la denuncia realizada por M.F.L., se comunicó con Alperovich y aquel le dijo que se trataba de una “operación de prensa”.

La protección hacia Alperovich de este testigo se vio evidenciada con un hecho que fue muy comentado en la Provincia de Tucumán, que es la entrevista con la periodista Carolina Servetto, donde aquel se dirigió con términos impropios hacia ella. Difícilmente uno pueda creer que con la trascendencia que tuvo ese evento y el conocimiento que tenía el testigo de su protagonista, haya estado ajeno al tema.

También, cuando se lo consultó respecto al trato que Alperovich solía tener con las mujeres, dijo que nunca había visto excesos de su parte.

Es evidente el afán del testigo por proteger y cuidar la imagen de quien fue su jefe político, al punto tal que lo alabó por haber nombrado a una mujer para integrar la Corte Suprema de Justicia de la provincia de Tucumán.

En definitiva, estos dos testigos, son útiles para el análisis del hecho 1, al describir cómo Alperovich había planeado comenzar con sus agresiones sexuales contra M.F.L. En lo demás, nada han aportado.

José Alperovich y Jorge Gassenbauer.