Lunes 24 de Marzo de 2025, 21:39
En un movimiento que reconfigura el panorama energético argentino, la Empresa de Distribución Eléctrica de Tucumán (EDET) ha pasado a manos de Edison Energía, un nuevo consorcio formado por los hermanos Neuss, el fondo Inverlat Investments y empresarios de renombre como Rubén Cherñajovsky y Luis Galli. La operación, anunciada el pasado 20 de marzo, incluye también la adquisición de la Empresa Jujeña de Energía (EJESA), Líneas de Transmisión del Litoral (LITSA) y la generadora hidroeléctrica CEMPSA en Mendoza, con una promesa de inversión de USD 300 millones en los próximos cinco años.
Según el comunicado oficial de Edison Energía, el objetivo es "fortalecer la presencia regional, optimizar la gestión operativa y garantizar un suministro eléctrico eficiente y sustentable", con un enfoque en la transición hacia energías limpias. Sin embargo, en Tucumán, donde EDET ha sido blanco de críticas constantes por su servicio deficiente, los cortes de luz reiterados y las tarifas más altas del país, la noticia genera más escepticismo que esperanza. Los tucumanos, que han vivido una verdadera pesadilla energética durante años, se preguntan si este cambio de manos traerá soluciones concretas o si será solo un nuevo capítulo de promesas incumplidas.
Un historial que genera dudas
EDET ha cambiado de dueños varias veces en los últimos años, pasando de BAF Capital a The Rohatyn Group, un fondo vinculado a exdirectivos de JP Morgan, sin que estas transiciones hayan resultado en mejoras significativas para los usuarios. Los cortes de luz, la falta de inversión en infraestructura y el malestar generalizado han sido una constante, mientras los anteriores controlantes se retiraban con ganancias millonarias. Ahora, Edison Energía asegura que invertirá en infraestructura tecnológica y sostenible, pero la falta de detalles específicos sobre cómo y cuándo se implementarán estas mejoras deja un manto de incertidumbre. ¿Están realmente dispuestos a abordar los problemas estructurales del sistema energético tucumano, o se trata de una maniobra más para capitalizar un sector estratégico?
Nuevos dueños con vínculos políticos
Otro aspecto que genera inquietud es la composición de Edison Energía y sus conexiones con el poder político. El consorcio está liderado por los hermanos Neuss, una familia con trayectoria en el sector energético a través de la distribuidora Edersa en Río Negro y la generadora Harz Energy en Córdoba. A ellos se suman Inverlat Investments, propietario de Havanna, y figuras como Federico Salvai, exjefe de Gabinete de María Eugenia Vidal durante su gestión como gobernadora de Buenos Aires. Estas vinculaciones con el establishment político, especialmente con sectores cercanos al gobierno nacional, levantan sospechas sobre los verdaderos intereses detrás de la operación. En un contexto donde el sector energético ha sido históricamente un terreno de negociaciones opacas, los tucumanos temen que los beneficios de esta transacción queden en manos de los nuevos dueños y sus aliados, mientras los usuarios siguen enfrentando las mismas dificultades.
La promesa de inversión: ¿realidad o estrategia de imagen?
Edison Energía ha prometido destinar los USD 300 millones a mejorar la distribución y el transporte eléctrico en las regiones adquiridas, incluyendo Tucumán. Sin embargo, la historia reciente del sector energético argentino está plagada de anuncios grandilocuentes que no se traducen en hechos. En 2023, por ejemplo, el diputado nacional Carlos Cisneros denunció que EDET, bajo la gestión de BAF Capital y luego de Apollo, no realizaba inversiones significativas a pesar de cobrar tarifas exorbitantes, mientras los fondos se trasladaban al exterior. La pregunta que resuena en Tucumán es si Edison Energía romperá con este patrón o si, por el contrario, priorizará los intereses económicos del grupo por sobre las necesidades de los usuarios.