Trump acusó a Harvard de "enseñar odio y estupidez" y de reclutar "izquierdistas radicales"

Viernes 18 de Abril de 2025, 07:31

El presidente de Estados Unidos amenaza con prohibirle aceptar estudiantes extranjeros y dijo que la institución enseña "odio y estupidez".



El presidente Donald Trump declaró este miércoles 16 de abril que la universidad de Harvard es un “chiste” y no merece recibir dinero del Gobierno. En su plataforma Truth Social, el mandatario escribió: "Harvard ya ni siquiera puede considerarse un lugar decente de aprendizaje y no debería figurar en ninguna lista de mejores universidades del mundo”. El referente republicano acusó a la institución de reclutar "izquierdistas radicales, idiotas y cabezas de chorlito".

"Harvard es un chiste, enseña odio y estupidez, y no debería recibir fondos federales”, opinó el mandatario. Al igual que sucede con otros campus estadounidenses, Harvard está siendo cuestionada por los políticos conservadores que consideran a las universidades estadounidenses demasiado “izquierdistas”, especialmente luego de que comenzaran a realizarse protestas de estudiantes contra la guerra de Israel en Gaza y se criticara la falta de seguridad para los estudiantes judíos que estudian en esos campus.

Trump acusa a Harvard de permitir el antisemitismo y, a comienzos de abril, les exigió a sus autoridades (y a la de otras instituciones educativas) que implementen una serie de medidas, incluyendo una “auditoría” para determinar las opiniones de los estudiantes y del cuerpo docente. De lo contrario, el estado federal les sacaría las subvenciones.

En una carta para estudiantes y profesores, el rector de la universidad, Alan Garber, remarcó que Harvard tomó medidas contra el antisemitismo hace un año, y aseguró que la institución “no abandonará su independencia ni sus derechos garantizados por la Constitución. Ningún gobierno, sea cual sea el partido en el poder, debe dictar a las universidades privadas lo que deben enseñar, a quiénes pueden reclutar y contratar, ni sobre qué materias pueden llevar a cabo investigaciones”, argumentó.

La respuesta de Harvard fue celebrada por profesores, alumnos y figuras centrales del Partido Demócrata, como el expresidente Barack Obama. En represalia, la administración de Trump le congeló el lunes 14 de abril 2.200 millones de dólares en subvenciones federales. Como consecuencia de esta decisión, por ejemplo, la prestigiosa investigadora Sarah Fortune debió detener su trabajo sobre la tuberculosis.

Por otro lado, el Gobierno de Estados Unidos anunció este miércoles 16 de abril la cancelación de dos subvenciones valuadas en más de 2,7 millones de dólares a la Universidad de Harvard porque estaban destinadas a proyectos que “socavan los valores norteamericanos".

La secretaria del Departamento de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Kristi Noem, tras dar la noticia, remarcó: “La arrogancia de Harvard ante el antisemitismo, impulsada por su débil liderazgo, alimenta un pozo negro de disturbios extremistas y amenaza nuestra seguridad nacional”. Luego denunció que “la ideología antiestadounidense y pro-Hamás contaminan su campus y sus aulas”.

La funcionaria además exigió al centro que le entregue, antes del próximo 30 de abril, los “registros detallados sobre las actividades ilegales y violentas de los titulares de visas de (sus) estudiantes extranjeros. De lo contrario, se enfrentarían a la pérdida inmediata de la certificación del Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio”.

El martes 15 de abril, Trump ya había exigido que Harvard fuera “gravada como una entidad política, si continúa defendiendo su ’locura’ política, ideológica, inspirada por/que apoya el terrorismo”.

La ofensiva impositiva de Donald Trump contra Harvard

En la campaña electoral, el líder conservador aseguró que iba a “gravar, multar y demandar a los endowments de las universidades privadas excesivamente grandes”. El endowment es el impuesto que se cobra sobre los fondos patrimoniales. La intención del referente republicano es avanzar contra las universidades liberales, a las que ve como un refugio de ideas izquierdistas.

Evan Horowitz, director ejecutivo del Centro de Análisis de Políticas Estatales de la Universidad de Tufts, explicó el peligro que implica esta ofensiva impositiva: “Es una gran amenaza para la configuración financiera actual de la mayoría de las universidades. Dependen de su condición de exentas de impuestos para cuadrar sus cuentas, y si el gobierno federal quisiera cambiar esto, sería para aumentar el impuesto sobre los endowments. Eso afecta directamente a las finanzas de las universidades”.

La exención impositiva le permite a una universidad no pagar impuestos sobre la propiedad de sus edificios educativos y comercializar bonos que pagan intereses exentos de impuestos federales, un gran atractivo para los inversores. Además, los exestudiantes que donan dinero a una universidad pueden deducir esas cifras de sus declaraciones patrimoniales: estas cantidades significan un inmenso ingreso para Harvard, que solo en el 2024 recibió donaciones por 528 millones de dólares.  /Perfil