Miércoles 23 de Abril de 2025, 20:45

El gráfico muestra el aumento de cánceres colorrectales en hombres y mujeres menores de 50 años en EE. UU. desde 2000 hasta 2021. Bailey Hutchins (der.) murió de cáncer de colon a principios de este año a los 26 años.
Un microorganismo alimentario común adquirido en la infancia podría estar alimentando una epidemia de cáncer de colon entre los jóvenes, según un estudio sorprendente.
El cáncer colorrectal (de intestino), considerado durante mucho tiempo una enfermedad de la vejez, afecta cada vez más a personas de entre 20 y 40 años, en un fenómeno que ha desconcertado a los médicos.
Ahora, investigadores de la Universidad de California en San Diego creen haber encontrado un posible culpable: E. coli, una bacteria transmitida por los alimentos.
Durante décadas, el cáncer colorrectal —o cáncer de colon— fue considerado una enfermedad propia de adultos mayores. Sin embargo, en los últimos años, los médicos han sido testigos de un inquietante aumento de casos en personas jóvenes, incluso en sus veinte y treinta años. Esta tendencia global, que ha dejado perplejos a expertos en salud, podría haber encontrado una posible explicación en un nuevo e innovador estudio científico.
Investigadores de la Universidad de California en San Diego han identificado a una bacteria común transmitida por los alimentos como una potencial causa del cáncer de colon de aparición temprana:
la Escherichia coli (E. coli), específicamente aquellas cepas capaces de producir una toxina llamada colibactina.
El estudio, publicado en la revista Nature, analizó el ADN de 981 tumores colorrectales en pacientes menores de 40 años y mayores de 70, distribuidos en 11 países. Los resultados fueron sorprendentes: los tumores en pacientes jóvenes mostraron patrones de mutación genómica únicos, 3,3 veces más frecuentes que en los adultos mayores, y directamente vinculados a la colibactina. Estas mutaciones son una suerte de “huella digital genética” que sugiere una exposición temprana —posiblemente en la infancia— a la toxina.
El doctor Ludmil Alexandrov, autor principal del estudio, explicó que este hallazgo “redefine nuestra perspectiva sobre el cáncer”, sugiriendo que los factores de riesgo pueden originarse mucho antes de la edad adulta, incluso en los primeros años de vida.
La E. coli es una bacteria que infecta a más de 265,000 estadounidenses al año y es especialmente peligrosa para los niños pequeños. Su contagio puede producirse al consumir carne molida mal cocida, productos crudos como semillas o manzanas, lácteos no pasteurizados, e incluso a través del contacto con agua contaminada en la agricultura o por mala higiene en la cocina.El caso de Bailey Hutchins, una joven de Tennessee que falleció a los 26 años tras luchar contra un cáncer de colon agresivo, es uno de los muchos que humanizan esta alarmante tendencia. También está el de Carly Barrett, diagnosticada a los 24 tras notar sangre en las heces y dolores abdominales persistentes. Casos como estos están dejando de ser excepciones.
Las cifras reflejan el problema: se estima que en 2025, más de 154,000 estadounidenses serán diagnosticados con cáncer de colon, y 52,900 morirán. En Reino Unido, las cifras anuales rondan los 44,000 diagnósticos y casi 17,000 muertes. Entre 2010 y 2030, se espera un aumento del 90% en los casos de cáncer de colon en personas de entre 20 y 34 años en Estados Unidos. Entre adolescentes, el incremento ya ha sido de un 500% desde principios de los 2000.
Aunque la mayoría de las cepas de E. coli son inofensivas, al menos seis son capaces de producir toxinas peligrosas como la colibactina. Estas toxinas no solo provocan enfermedades gastrointestinales, sino que ahora también se asocian con mutaciones que podrían activar el cáncer décadas después de la exposición inicial.
El equipo también descubrió que las mutaciones relacionadas con la colibactina comienzan temprano en el desarrollo del tumor de colon, lo que es consistente con investigaciones anteriores que sugieren que estas mutaciones ocurren en los primeros 10 años de vida.
Descubrieron que las mutaciones relacionadas con la colibactina representan el 15 por ciento de las mutaciones impulsoras de APC, que son algunas de las primeras alteraciones genéticas directamente vinculadas al cáncer, en el cáncer de colon.
Alexandrov dijo: "Si alguien adquiere una de estas mutaciones impulsoras cuando tiene 10 años, podría estar décadas adelantado en el desarrollo de cáncer colorrectal, padeciéndolo a los 40 años en lugar de a los 60".
La mayoría de las cepas de E. coli son inofensivas, aunque seis cepas producen toxinas como la colibactina. Las cepas productoras de toxinas incluyen la productora de toxina siga (STEC), la enterotoxigénica (ETEC), la enteropatógena (EPEC), la enteroinvasiva (EIEC), la enteroagregativa (EAEC) y la difusamente adherente (DAEC).
La E. coli productora de toxinas puede causar diarrea con sangre, calambres estomacales, vómitos y fiebre. En casos graves, puede provocar deshidratación y síndrome hemolítico urémico (una lesión renal).
Los investigadores también encontraron que, a pesar de los aumentos notables en los EE. UU. y el Reino Unido, los cánceres de colon en Argentina, Brasil, Colombia, Rusia y Tailandia tuvieron los mayores aumentos en mutaciones relacionadas con la colibactina.
Díaz-Gay afirmó: «Es posible que las causas desconocidas sean diferentes en cada país. Esto podría abrir la puerta a estrategias de prevención específicas para cada región».
Los investigadores planean investigar cómo los niños están siendo expuestos a las bacterias productoras de colibactina y si los medicamentos como los probióticos pueden eliminar cepas dañinas de bacterias.
El equipo también planea estudiar cómo las exposiciones ambientales más adelante en la vida pueden aumentar el riesgo de cáncer de colon.
Alexandrov dijo: "No todos los factores ambientales o comportamientos que estudiamos dejan una marca en nuestro genoma. Pero hemos descubierto que la colibactina es una de las que sí lo es. En este caso, su impronta genética parece estar fuertemente asociada con el cáncer colorrectal en adultos jóvenes".
Los investigadores planean ahora centrarse en cómo los niños están siendo expuestos a estas cepas dañinas, y si intervenciones tempranas como el uso de probióticos podrían eliminar las bacterias antes de que causen daño. También explorarán la influencia de factores ambientales en etapas posteriores de la vida.
En palabras del doctor Marcos Díaz-Gay, coautor del estudio, “este hallazgo no estaba en el plan inicial, pero al profundizar en los datos, las mutaciones relacionadas con la colibactina destacaron de forma impactante”.
Este avance abre la puerta a nuevas estrategias de prevención y diagnóstico precoz. La posibilidad de que el cáncer de colon se origine por exposiciones durante la infancia representa un llamado urgente a revisar nuestras prácticas alimentarias, sanitarias y de salud pública. Entender mejor estas causas podría significar salvar miles de vidas.
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