Y siguió, sin vueltas:
“Porque demostraste eso, que sos íntegra y que entendieron cómo fue tu camino. No mucha gente lo ha logrado. A Mirtha Legrand le costó incluso de grande. Recién ahora alguien le está tirando buena onda. Eso no se logra así nomás siendo artista. Lali, eso se logra con muchas cosas, incluso con discos malos, a lo mejor con series malas o con cosas muy buenas.
Poder mostrar que uno es íntegro y que se merece la defensa sin pedirla. La verdad, Lali, yo te felicito que hayas logrado todo eso, porque todo lo que hiciste artísticamente en parte construyó eso”.
El conductor la miró con admiración y cerró: “
Así que andá re contenta”. Fue ahí cuando Lali se quebró. Las cámaras registraron el momento exacto en el que se le llenaron los ojos de lágrimas. Mario notó su reacción y se mostró conmovido. “Uy, no era para eso. Te pido mil disculpas”, atinó a decir, entre serio y sorprendido.
Pero ella, lejos de quedarse en el llanto, sonrió con naturalidad y, con su tono habitual, cortó la tensión:
“Voy a poner ‘Fanático’ para levantar”. Agarró su celular y comenzó a reproducir el tema que se convirtió en uno de los más populares de los últimos meses, y que muchos vincularon al presidente Javier Milei.
La cuestión política no es ajena para Espósito. En su visita a Industria Nacional (Gelatina), el ciclo que conduce su pareja Pedro Rosemblat, también había hablado del tema y de cómo la exposición mediática la llevó a tomar decisiones profundas de cara a este 2025, que arrancó con una agenda intensa.
“La entrada a boxes sucedió por varios motivos. El principal te diría que fue personal, porque no conozco otra cosa que no sea laburar desde que soy muy niña. Este año, por cosas de público conocimiento y por una necesidad artística,
tomé esa decisión de decir ‘es un año en el que necesito redescubrir mi hogar, cuál es mi hogar’”, explicó con honestidad.
Y fue más allá, al describir cómo la rutina y los viajes constantes la habían descentrado: “Cuando viajás mucho por laburo, perdés un poco el norte de cuál es tu lugar, donde te sentís abrazada, tranquila, en pijama. Sentía que hacía muchos años que tenía mi casa abandonada, entre comillas. Y sentí que la exposición respecto a lo público con el Presidente me invitó, no me obligó, a meterme un poquito para adentro, pensar con claridad, hacer un mejor disco que el que tenía pensado hacer”.
Cuando Rosemblat deslizó si esa decisión nacía de la bronca, Lali fue clara: “No de bronca, de amor. A veces, cuando te pasan cosas más cho…, lo cierto es que está bueno poder amortizar todo eso y transformarlo en algo copado. Pude transformarlo en algo positivo, que es para mí la idea principal de hacer arte”.
/Infobae