Investigan la violenta muerte de un ladrón: creen que fue torturado por otros delincuentes detenidos en la comisaría de Los Pocitos

Lunes 05 de Mayo de 2025, 08:43

INVESTIGACION. Tres de los detenidos en la comisaría de Los Pocitos fueron trasladados al penal de Benjamín Paz.



Un estremecedor caso sacude a la comunidad de Los Pocitos, en Tucumán: Víctor Hugo Herrera, un joven detenido por una causa de robo, murió tras ser brutalmente torturado en el interior del calabozo de la comisaría local. La fiscalía ya investiga los hechos, que ocurrieron presuntamente entre el martes y el jueves pasado, y que derivaron en el traslado de al menos tres sospechosos al penal de Benjamín Paz.

Según denunció la familia de la víctima, Herrera fue atacado por otros presos dentro de la celda. Le cortaron el rostro y le marcaron dibujos obscenos con un cuchillo en diferentes partes del cuerpo, lo quemaron para ocultar las heridas y hasta le arrojaron harina en los ojos para impedir que reconociera a sus agresores. El calvario habría durado al menos 48 horas sin que las autoridades actuaran de inmediato.

Recién el jueves —dos días después de la agresión— el joven fue trasladado por personal policial a un centro de salud, pero los médicos no pudieron hacer nada para salvarle la vida. Herrera murió al día siguiente a causa de las gravísimas lesiones sufridas.

El caso quedó en manos del fiscal de Homicidios II, Carlos Sale, quien ordenó las primeras medidas judiciales, entre ellas la autopsia, entrevistas al personal policial de guardia y el traslado de los principales sospechosos al penal de Benjamín Paz, donde ahora permanecen alojados.

El episodio genera fuertes cuestionamientos sobre las condiciones de detención y la responsabilidad del personal policial a cargo. No solo por la violencia inusitada entre los internos, sino por la demora en brindar atención médica a la víctima, que podría haber resultado determinante en el trágico desenlace.

La investigación apunta ahora a determinar el grado de participación de los otros detenidos y si hubo omisión o complicidad por parte de los efectivos de la comisaría. Fuentes judiciales confirmaron que no se descarta ampliar la imputación a uniformados si se verifica negligencia o encubrimiento.

El fallecimiento de Herrera vuelve a poner en foco la situación de hacinamiento y violencia en las dependencias policiales de la provincia, particularmente en las zonas periféricas. Organizaciones de derechos humanos ya habían alertado sobre la falta de control en los calabozos, donde muchas veces se alojan detenidos por períodos prolongados en condiciones precarias y sin medidas de seguridad suficientes.

El Ministerio Público Fiscal evalúa avanzar con nuevas actuaciones en los próximos días, mientras se aguardan los resultados de la autopsia oficial y de los informes médicos. En paralelo, los familiares de la víctima exigen justicia y señalan responsabilidad directa del Estado en la custodia y protección de su ser querido.

La muerte de Víctor Hugo Herrera en una celda de Los Pocitos podría marcar un antes y un después en el tratamiento judicial y político del sistema de detención en Tucumán. La investigación avanza y no se descartan nuevas detenciones.