Los tucumanos hartos del tránsito: “Es la ley de la selva, pareciera que las normas no existen”

Lunes 05 de Mayo de 2025, 20:15

Qué opinan los conductores. Por qué infringen las normas y están descontentos. Hacen falta más educación y más controles. Aumentan las sanciones en la capital. Más motos y más heridos.



Los que pasan en rojo el semáforo. Los que invaden la senda peatonal. Las motos y bicis haciendo zig zag por la calle. Los que estacionan en doble fila. La superpoblación de autos. Los peatones que cruzan por cualquier parte. Los pozos. Las tapas de registro mal puestas. Los que giran en U o doblan a la izquierda en lugares prohibidos. Los que van distraídos con el celular. Los bocinazos, los insultos, los gritos.

Los tucumanos están hartos. Definen al tránsito como desbordado, caótico y hasta agresivo por momentos. Quienes a diario circulan por el centro sufren un estrés constante. ¿Qué nos está pasando? ¿Cómo podemos solucionar el caos que representa movilizarnos cada día en el área metropolitana de la provincia?

Sólo en la capital el volumen de vehículos que ingresa por día es cercano a los 300.000. “Es la ley de la selva; pareciera que las normas no existen”, sostiene Nicolás Guardia, de 46 años. Es un taxista que a diario pasa de 10 a 12 horas arriba de su auto y que es testigo de todo tipo de situaciones. Según él, los mayores embotellamientos se producen frente a los colegios y escuelas. Por eso, los peores horarios para circular son a la mañana, al mediodía y a las 6 de la tarde.

En el tránsito diario, según describe, se ven malas maniobras, manejos temerarios y muchas distracciones al volante. Fabiana Sosa, que conduce una moto, también describe lo que observa constantemente en las calles: “Nadie respeta nada. La gente va siempre apurada. Casi nadie usa las balizas y menos la luz de giro para doblar. Para mi gusto, faltan controles y mantenimiento del estado de las calles. Es un peligro andar esquivando pozos”. Para ella, es clave que haya más educación vial y así podría salir con menos miedo.

Mientras los usuarios de la vía pública exigen más sanciones, la cantidad de multas aumenta año a año. Por ejemplo, desde marzo de 2024 a marzo de 2025 se incrementaron un 8,5%. En concreto, se labraron 85,000 actas en la capital, 10.000 más que en el período anterior.

Según información compartida por el Tribunal de Faltas, el 33,74% de las infracciones son por estacionar en zona prohibida. Le sigue el estacionamiento en doble fila, circular en los carriles exclusivos para el transporte público de pasajeros, usar dispositivos que distraen, como auriculares o teléfonos, y estacionar sobre la senda peatonal.

Un problema amplio

¿Se maneja bien o mal en nuestra provincia? “Yo diría que se maneja con ansiedad, y que muchos son prepotentes. Aquí no respetan muchas cosas como la prioridad en las esquinas o en una rotonda. Es un tránsito que te exige andar con cuidado, porque además mucha gente está mal y se pone hasta violenta por cualquier situación”, reflexiona Claudia Moreno, que es salteña y vive en Tucumán hace casi seis años.

Tanto Claudia, como Fabiana y Nicolás opinan lo mismo: en nuestra provincia se maneja mal. Aunque cuando se les preguntó cómo lo hacen ellos, la mayoría consideró ser “buen conductor”. Falta educación, controles y sanciones, dijeron. “Eso nos ayudaría a vivir mejor”, dijeron.

Para los automovilistas, quienes van en moto son un problema. Los motociclistas se quejan porque sostienen que los encierran o no les respetan el lugar que les corresponde en la calle.

CAOS. El estacionamiento en doble fila es de las infracciones más habituales en el tránsito tucumano.

Cada vez hay más motos. Aunque sí hay algunos que respetan, lo cierto es que son los menos. Suelen ir sin casco, pasando de un carril a otro sin usar señalización. Muchos van sin luces y sobrecargando el vehículo con tres y hasta cuatro pasajeros”, describe el taxista Guardia, mientras señala a tres motociclistas que circulan sin protección.

Ignacio Ríos, que tiene 27 años y trabaja llevando pedidos a domicilio, admite que los cadetes muchas ve es van zigzagueando entre autos para avanzar más rápido. Cuanto más viajes hacen, más cobran. Además, si van por calles desoladas, no frenan en los semáforos porque quedan expuestos a los robos. “Aquí hay que sobrevivir. Los automovilistas no nos respetan”, remarca el joven, pero aclara que siempre usa es el casco. “No voy ni a la esquina sin casco. Ya tuve un susto y la saqué barata”, cuenta.

Transgresiones

Además de los conductores que no respetan las normas de tránsito, los inspectores también señalan otro personaje de la vía pública bastante transgresor: el peatón. “Cruzan por cualquier parte, van hablando por celular, caminan por la calle exponiéndose. Si les decís algo, te miran mal”, expone Silvia, que a diario trabaja en el microcentro.  Es muy difícil ordenar a los distintos actores del tránsito, explica. Principalmente cuando no quieren ser ordenados y tampoco admitir que son parte del problema. “Aquí siempre la culpa es del otro. El tema del celular es una constante. La distracción es permanente”, resalta.

Claudio Artaza Saade, presidente de la Fundación Alerta en el Camino, reconoce que hay un hartazgo en una buena parte de los tucumanos frente a un tránsito desbordado, violento y caótico. “Hay un creciente malestar, aunque no lo tenemos medido. Estamos actualmente haciendo un estudio sobre las causas por las que hay muy poco respeto por las normas viales en nuestra provincia”, resaltó.

A su entender, el tema es multifactorial y hay varios puntos a analizar; entre ellos el deterioro de la infraestructura vial, los controles insuficientes y también el transporte público de pasajeros. Un tema que se debe atender en forma urgente, según analizó, es el de las motos. Al mismo tiempo que hay ventas récords de estos vehículos (porque son económicos y porque sirven para trabajar) está aumentando cada vez más la cantidad de motociclistas  heridos en choques.

“Para empezar, hay que ver las motos se movilizan con caño de escape libre. Eso demuestra que no respetan las normas; una persona que elige ponerle caño de escape libre no va a andar despacio. Va a ir sin casco, transgrediendo las normas de tránsito”, concluyó. /La Gaceta