Final del juicio a los hermanos que estafaban a jubilados: uno quedó en prisión y el otro saldrá libre

Miércoles 07 de Mayo de 2025, 07:59

SENTENCIADOS. Prisión efectiva para uno y condicional para el segundo.



El juicio oral contra los hermanos Diego Hugo Córdoba (32) y Federico Nicolás Córdoba (33), acusados de estafar a adultos mayores en al menos tres oportunidades, concluyó con una sentencia dividida. El tribunal, a cargo del juez Lucas Taboada, condenó a Diego Córdoba a seis años y diez meses de prisión efectiva, mientras que su hermano Federico recibió dos años de prisión condicional, tras ser absuelto en dos de los hechos imputados.

El caso, que generó una profunda indignación social, fue investigado por la Unidad Fiscal de Delitos Complejos, bajo la dirección de la fiscal Mariana Rivadeneira. En su alegato de clausura, la auxiliar de fiscal Brenda Deroy fue contundente al exigir 13 años de prisión efectiva para ambos imputados.

“El común denominador es que las víctimas son adultos mayores, personas vulnerables a las que se les ha afectado su patrimonio. No es lo mismo afectar el patrimonio de una persona joven, que de una persona que se encuentra transitando la última etapa de su vida”, afirmó.

Los hermanos Córdoba fingían ser enfermeros o empleados del PAMI. Bajo esa fachada, ofrecían asistencia a personas mayores, con el objetivo de ganar su confianza y obtener poderes legales para administrar sus bienes. Su modo de actuar combinaba manipulación emocional, engaños burocráticos y un aprovechamiento sistemático de la vulnerabilidad de sus víctimas.

Uno de los casos más graves involucró a un hombre de 83 años en silla de ruedas, a quien convencieron de trasladar supuestamente al kinesiólogo. En realidad, lo mantuvieron oculto durante seis días en una casa en Los Quemados (Leales), sin notificar a su familia. Durante ese tiempo, lo llevaron a un banco para cobrar un plazo fijo de más de $ 11.700.000, que quedó en manos de los acusados.

Según se ventiló en el juicio, los Córdoba comenzaron su actividad delictiva al menos desde principios de 2023. Otra de sus víctimas fue una vecina de 76 años, a quien le ofrecieron gestionar una deuda, una sucesión y trámites bancarios. Mediante reiteradas visitas a su domicilio y promesas de ayuda legal, lograron que la mujer y su hija les entregaran montos que superaban el millón de pesos, sin devolverlos ni cumplir con lo prometido.

También fueron señalados por un vecino de 74 años y su esposa de 64, a quienes les prometieron gestionar el cobro de una indemnización por un accidente laboral. Para ello, los convencieron de sacar préstamos bancarios y pedir dinero prestado a terceros, que luego usaron para su propio beneficio. En una ocasión, uno de los hermanos acudió a una prestamista, se hizo pasar por un emisario del jubilado, y se apropió de un préstamo de $ 100.000.

Al finalizar el juicio, el juez Taboada encontró a Diego Córdoba penalmente responsable de tres hechos de estafa, aunque lo absolvió del delito de privación ilegítima de la libertad. Por su parte, Federico Córdoba sólo fue condenado por el tercer hecho, y absuelto en los otros dos. Recibió una pena condicional de dos años, sin necesidad de cumplir prisión efectiva, salvo que reincida.

La condena marca un precedente sobre cómo la Justicia provincial aborda las estafas a adultos mayores, un delito creciente que se camufla tras vínculos de confianza y supuestas buenas intenciones.

“Abusaron de la confianza y el cariño de los abuelos para apoderarse de sus patrimonios”, había advertido el Ministerio Público Fiscal al inicio del proceso.

La fiscalía evalúa si existen otras personas que podrían haber sido víctimas de un modus operandi similar. No se descarta que surjan nuevas denuncias en los próximos días.