Miércoles 28 de Mayo de 2025, 13:44
Sundar Pichai, director ejecutivo de Google, lanzó una de las advertencias más inquietantes del presente tecnológico: “La inteligencia artificial es más profunda que cualquier cambio anterior, porque puede crear y puede auto-mejorarse”. Esta frase, lejos de un pronóstico lejano, confirma que estamos entrando en una era donde las máquinas no solo aprenden, sino que también evolucionan solas.
Google presentó recientemente tecnologías como Gemini, Vo3 y Flow, sistemas de IA que ya no dependen del control humano para optimizarse. Pichai lo dijo sin rodeos: estamos ante una transformación tan disruptiva como la llegada del internet o la electricidad, pero con una diferencia alarmante: esta vez, la herramienta piensa y mejora por sí misma.
La IA, según el CEO, será capaz de tomar decisiones, generar productos, controlar plataformas, e incluso integrarse físicamente en robots. Una combinación que abre la puerta a que las máquinas sustituyan funciones humanas esenciales, desde lo laboral hasta lo emocional. Todo esto mientras Google y otras empresas avanzan sin freno, sin regulación firme y sin un debate ético profundo.
Pichai se jacta de que la IA democratizará el desarrollo, pero omite el riesgo de que esta misma accesibilidad también permita la manipulación de información, la generación de contenidos falsos a escala y la pérdida de millones de empleos. En la práctica, estamos delegando la innovación –y cada vez más decisiones sociales– a entidades que no sienten, no dudan y no rinden cuentas.
Mientras tanto, los grandes medios ya denuncian que Google está utilizando contenido ajeno sin pagar, erosionando industrias enteras como el periodismo. Y las autoridades regulatorias, en muchos países, siguen sin respuestas frente a esta maquinaria que avanza sobre todo: privacidad, trabajo, derechos, verdad.
Pichai admite que el siguiente gran paso es que la IA se traslade al mundo físico, fusionándose con la robótica. Lo llama un “salto tecnológico”. Pero el verdadero salto puede ser hacia lo desconocido, si no frenamos a tiempo esta carrera sin freno hacia una inteligencia que ya está aprendiendo a mejorarse sola.
¿Qué significa “auto-mejorarse”?
Cuando Pichai dice que la IA puede auto-mejorarse, se refiere a:
Modelos que pueden aprender de sus errores y datos nuevos, mejorando su rendimiento sin intervención directa humana constante.
El desarrollo de herramientas (como asistentes de codificación, por ejemplo) que ayudan a construir mejores versiones de sí mismas o de otros sistemas de IA.
Pero esto aún está lejos de una IA general autónoma que modifique su propia arquitectura de forma libre o evolucione sin supervisión.
¿Está pasando ahora?
En forma limitada, sí:
Hay sistemas de IA que aprenden con más eficiencia (como reinforcement learning con retroalimentación humana).
Hay mejoras automáticas en código, traducción, resumen y generación de texto.
Algunos sistemas usan IA para ayudar a entrenar o mejorar otras IA (autoML, por ejemplo).
Pero no estamos ante una IA consciente o completamente autónoma que se reescribe sola. La frase d