Se enteró de la infidelidad de su marido y mató a 5 de sus hijos: solo uno se salvó de la masacre

Jueves 29 de Mayo de 2025, 07:08

Christiane K. fue condenada a cadena perpetua por matar a sus cinco hijos. El crimen fue en 2020 y sacudió a toda Alemania.



Christiane K. fue la autora de un múltiple crimen familiar que horrorizó a toda Alemania y que tiene como punto de partida una ruptura amorosa que la dejó devastada. El 3 de septiembre de 2020, la mujer de 28 años mató a cinco de sus seis hijos y convirtió su casa en una terrorífica escena homicida.

El horroroso crimen de Christiane K. en el que mató a cinco de sus seis hijos

Solingen es una tranquila localidad de Alemania, situada a 27 kilómetros de Düsseldorf y es característica por sus valles montañosos y caudalosos ríos. Sin embargo, toda la belleza que tiene se vio opacada por el brutal crimen que cometió Christiane K. en el año 2020.

Corría la pandemia y el coronavirus estaba más presente que nunca. Alemania había sido uno de los lugares más afectados de Europa. Chrsitiane K. se había separado hacía más de un año y vivía con sus seis hijos.

Luca, de 8 años, Timo, de 6, Sophie, de 3, Leonie, de 2, y Melina, de 1, fueron asesinados por su madre luego de la terrorífica decisión que tomó. El mayor de todos ellos, de 11 años y cuya identidad fue reservada por pedido de la familia, se salvó gracias a estar en la casa de su abuela.

Cuando Christiane K. se separó de su marido tras enterarse que él ya no sentía amor por ella y que había tenido en el pasado una historia con otra mujer, entró en una profunda crisis de la que nunca pudo salir.

Había pasado un año desde que ya no estaba más con su esposo, quien era padre de Timo, Sophie, Leonie y Melina. Una tarde, mientras revisaba las redes sociales se encontró con una foto que la dejó devastada y que cambió todo para siempre.

Su exmarido había formado una nueva pareja y el anuncio en Facebook llegó a los ojos de Christiane. Al verlo, todo se desmoronó para ella y la sed de venganza fue muchísimo más fuerte que el dolor. En su mente se encendió un malévolo plan que la catalogó, posteriormente, como una asesina serial.

En la madrugada del 3 de septiembre del 2020, Christine K. decidió llevar a cabo su macabro homicidio. En su casa había diferentes fármacos los cuales mezcló y los colocó en los desayunos de sus hijos.

Cuando los despertó por la mañana, todos ingirieron la mezcla y se desvanecieron. Allí, Christiane los ahorcó y asfixió con toallas y sus manos, según indicaron las pericias realizadas por la policía científica alemana.

Una vez que los cinco estuvieron muertos, los dejó a cada uno en la cama y se fue a la estación de trenes de Düsseldorf e intentó suicidarse. Sin embargo, no pudo hacerlo y fue identificada por un agente. Rápidamente le tomaron los datos y cuando la llevaron al domicilio, se encontraron con la macabra escena.

Luca, Timo, Sophie, Leonie y Melina estaban muertos y ella nunca mostró remordimiento alguno. La fiscalía ordenó inmediatamente su detención y a partir de ese momento comenzó una investigación tras el crimen que había realizado por matarlos.

En las primeras rondas de declaración, Christiane K. negó de manera absoluta haberlo hecho pese a que las pruebas apuntaban directamente hacía su persona. La Justicia ordenó que se le realicen pericias psicológicas para determinar qué la había llevado a cometer el crimen.

En todos los estudios nunca se encontraron patologías comparables con las de una “mente criminal” pero los jueces de Wuppertal estaban convencidos sobre que Christiane K. había terminado con la vida de los pequeños.

Jochen Kötter, el juez que estuvo a cargo de la causa, dio lugar a la hipótesis de los fiscales, la cual apuntaba a que todo esto tenía un marco de “traición amorosa” y que Christiane decidió matar a sus hijos para “vengarse” de su exmarido y de la nueva relación que él tenía a más de un año de haberse separado.

Inicialmente le dictaron prisión preventiva y en ningún momento del juicio, Christiane K. se arrepinitió del hecho y mucho menos aceptó los cargos que le habían sido imputados. Para ese entonces, el escenario estaba claro y solamente quedaba dar la sentencia final.

Pasó casi más de un año desde el crimen. Las pruebas apuntaban contra Christiane y el acto fallido de culpar a un tercero estaba totalmente descartado: en la casa nunca se vieron cerraduras forzadas, ventanas rotas y las autopsias nunca arrojaron signos de violencia física que no responda a la asfixia.

En el año 2021, le aplicaron la pena más dura del Código Penal de Alemania al decretarle la prisión perpetua en absoluta soledad tras el crimen que cometió y que la convirtió en una de las asesinas más crueles de la historia del país por quitarle la vida a cinco de sus seis hijos.


La sentencia a Christiane K. a cadena perpetua

El 4 de noviembre de 2021, y tras los reiterados pedidos del abogado de Christiane, Thomas Seifert, para que sea puesta en libertad por falta de pruebas, el tribunal de Wuppertal la condenó a la pena de prisión perpetua por el asesinato a sus hijos.

El juez Jochen Kötter calificó el crimen como una “tragedia familiar sin precedentes” y culpó a Christiane por ser la autora material de las muertes de Luca, Timo, Sophie, Leoine y Melisa. El magistrado ordenó que sea puesta en prisión por el resto de su vida y aplicó la negativa a la puesta en libertad después de cumplirse 15 años de condena.

Durante las rondas de alegatos y testimoniales, el fiscal que estuvo a cargo de la investigación admitió que la acusada, y posteriormente culposa, nunca reconoció el crimen.

“Vivía en un mundo de fachadas que se había construido ella misma. Cuando la fachada se derrumbó, los niños perdieron su función”, declaró en su momento en el portal Der Spiegel.

Actualmente, Christiane K. se encuentra en una penitenciaria federal de Alemania y su caso fue considerado como uno de los más crueles de la historia moderna de dicho país, el cual fue catalagogado como “La Masacre de Solingen”.  /La 100