Escaneaban el iris de vecinos de Villa Carmela a cambio de $ 10 mil

Martes 03 de Junio de 2025, 18:25

El escaner que era utilizado en Villa Carmela.



El pasado sábado, la Comisaría Villa Carmela llevó a cabo una intervención que ha suscitado un interés significativo en la comunidad local. La intervención se originó a partir de una denuncia recibida a través del Sistema de Emergencia 911, donde un vecino alertó sobre la presencia de un hombre que estaba realizando escaneos biométricos del iris a los habitantes del barrio, a cambio de una remuneración de $10.000. 

En respuesta a esta denuncia, personal policial se trasladó al barrio Nueva Esperanza, donde encontraron a un individuo que, al ser identificado, afirmó que estaba trabajando para la empresa multinacional Worldcoin. Este hombre estaba llevando a cabo el escaneo de iris de los vecinos, lo que generó inquietudes sobre la legalidad y el propósito de esta actividad. 

El jefe de la Unidad Regional Norte (URN), comisario general Gustavo Beltrán, detalló que, ante la sospecha de que dicha actividad pudiera estar vinculada a un cibercrimen, se procedió a la detención del sospechoso y al secuestro de un escáner portátil y un router manual. 

Además, se informó a la Fiscalía de Cibercriminalidad sobre el incidente. Según Beltrán, la Fiscalía ya tenía conocimiento de una investigación previa relacionada con este tipo de actividades y ordenó que los elementos confiscados quedaran bajo custodia, mientras se investigaba el pasado del detenido. 

Los procedimientos realizados por el detenido incluían solicitar a los vecinos que descargaran una aplicación en la que debían ingresar sus datos personales, fotografías y otros datos identificatorios antes de realizar el escaneo de su iris. 


El comisario Beltrán expresó su preocupación por la falta de claridad en cuanto a la finalidad de la recolección de estos datos, enfatizando que la Justicia se encuentra en proceso de determinar si estas acciones podrían constituir un delito. 

La actividad se estaba llevando a cabo en la casa de una vecina del barrio, quien actuaba como intermediaria al buscar personas interesadas y recibir una comisión por facilitar el espacio físico para el procedimiento. 

El caso ha sido asumido por la Fiscalía de Cibercrimen, dado que la recolección de datos biométricos en este contexto no está regulada.