Sábado 14 de Junio de 2025, 18:34

El predio Urkupiña comunicó que recibió la autorización para volver a operar. Aún no se sabe cuándo lo harán Ocean y Punta Mogote.
Después de semanas de protestas, cortes de calle y reclamos por parte de los feriantes, este sábado se confirmó la reapertura de una de las tres ferias que integran el complejo de La Salada. Según un comunicado que hizo en sus redes sociales, el predio Urkupiña S.A. recibió la autorización judicial para volver a operar comercialmente a partir del lunes 16 de junio, en los días y horarios habituales.
“
Procedimos a convocar al personal de limpieza y mantenimiento para reacondicionar las instalaciones”, informaron desde la administración y remarcaron que la reapertura fue autorizada por la fiscal interviniente con intermediación del personal municipal y de la Provincia de Buenos Aires.
El mensaje también reitera la importancia del cumplimiento de las normativas, que fue uno de los requisitos que exigió la Justicia para autorizar la reapertura: “
Recordamos el cumplimiento de las obligaciones fiscales, laborales, comerciales y la prohibición de venta de indumentaria en violación a la ley de marcas. Los esperamos a todos”.
Las otras dos ferias, aún cerradas
Si bien el juez federal Luis Armella habilitó el levantamiento de la clausura para los predios Ocean, Punta Mogote y Urkupiña, por ahora solo este último fue autorizado a retomar su funcionamiento. Según pudo saber Clarín, se espera que las demás ferias puedan reabrir en los próximos días, pero todavía no hay una fecha oficial confirmada.
La decisión judicial contempla la participación de las otras dos ferias, aún cerradas veedor judicial, así como de representantes del Municipio de Lomas de Zamora, de la Provincia, de ARBA y de ARCA (ex AFIP), para garantizar el cumplimiento de las nuevas condiciones de funcionamiento.
Las condiciones para reabrir
Tras la resolución judicial, las sociedades tendrán 90 días para designar nuevas administraciones encargadas de regularizar la situación fiscal, llevar registros contables, realizar inventarios, analizar pasivos y reportar los movimientos económicos mensualmente.
Además,
se deberán instalar sistemas bancarizados para el cobro en los predios, registrar los puestos alquilados y garantizar condiciones laborales formales para los trabajadores.El cierre de las ferias fue ordenado en el marco de una causa que investiga evasión fiscal, asociación ilícita, lavado de dinero y violación de la ley de marcas. Entre los principales acusados figuran Jorge Castillo, Aldo Presa, Antonio Corrillo Torrez y Enrique Antequera (actualmente prófugo), a quienes se los señala como responsables de haber obtenido “ganancias millonarias informales que luego incorporaban a la economía formal”.
En su momento, Armella argumentó que clausurar los predios era una “medida idónea para cesar los delitos investigados”. Durante la investigación se secuestraron 26 vehículos, dos embarcaciones y 13 propiedades. Casi el 70% de la mercadería incautada estaba en infracción.
Se estima que más de 50.000 personas están directa o indirectamente vinculadas al funcionamiento de La Salada, entre trabajos formales e informales. Por eso, el Sindicato Único de Trabajadores de Ferias de Argentina presentó un amicus curiae pidiendo el levantamiento de la clausura, que finalmente fue tenido en cuenta por el juez.
Una feria bajo la lupa internacional
No es la primera vez que el funcionamiento de La Salada queda en el centro de investigaciones judiciales. En 2017,
Jorge Castillo fue detenido tras un operativo en su casa de Luján, donde se resistió a tiros. Esa causa lo vinculaba a una asociación ilícita que extorsionaba a puesteros y cobraba alquileres ilegales en el entorno del predio.
Más recientemente, un informe del gobierno de Estados Unidos volvió a poner a La Salada en foco: la Secretaría de Comercio la incluyó en su lista de
mercados prioritarios para la falsificación y piratería a nivel mundial, destacando su volumen de ventas y el rol que juega como punto de distribución internacional.
"
La Salada alberga a unos 8.000 vendedores y facilita la venta y distribución internacional de productos falsificados fabricados en las afueras de la Ciudad de Buenos Aires. El mercado ha estado funcionando por más de 30 años y actualmente también se publicita en redes sociales y cuenta con su propio sitio web", lo describen.
Y cuestionan: "La depreciación de la moneda argentina ha incrementado el atractivo del mercado para compradores no solo de Argentina, sino también de países vecinos. En 2024, La Salada continuó atrayendo tours de compras provenientes de países como Brasil y Uruguay". /
Clarin
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