Viernes 20 de Junio de 2025, 07:06
El último caso, que tuvo lugar en Tucumán, volvió a encender las alarmas a nivel nacional. Una mujer de nacionalidad boliviana fue detenida por Gendarmería Nacional al ser descubierta transportando más de un kilo de cocaína en cápsulas, varias de las cuales llevaba dentro de su organismo. El episodio, ocurrido el 17 de junio, es parte de una preocupante tendencia regional: en lo que va de 2025, se decomisaron ya 29 kilos de droga bajo esta modalidad, según datos oficiales del Ministerio Público Fiscal.El procedimiento se desarrolló durante un control de rutina realizado por efectivos del Escuadrón 55 de Gendarmería sobre la ruta 9, a la altura del peaje de “Molle Yaco”. Los uniformados detuvieron un ómnibus de larga distancia y, al inspeccionar el bolso de una de las pasajeras, encontraron 12 cápsulas con una sustancia blanca sospechosa. Ante el hallazgo, la mujer confesó haber ingerido otras cápsulas. Fue derivada de inmediato al hospital Centro de Salud, donde permaneció internada entre 48 y 72 horas, en observación estricta. Una radiografía confirmó la presencia de decenas de envoltorios en su abdomen. Al finalizar el procedimiento médico, la mujer había evacuado un total de 118 cápsulas, que dieron positivo para cocaína tras pruebas de campo, con un peso total de 1,388 kilogramos.
Aunque impactante, el caso no es aislado. En lo que va del año, el NOA registra cifras récord: se decomisaron 29 kilos de cocaína transportados por “mulas”, en su mayoría mujeres, que ocultaban la droga en el tracto digestivo. En el mismo período de 2024, no se había reportado ningún hecho similar. Las rutas más frecuentes conectan a La Quiaca, Orán, Salvador Mazza y Bolivia con destinos como Buenos Aires, Mendoza, Salta, Jujuy y Santiago del Estero.
Según el médico toxicólogo
Alfredo Córdoba, las cápsulas se confeccionan con materiales como celofán, plástico o látex (frecuentemente preservativos), y pueden contener entre 0,5 y 10 gramos de cocaína cada una. “Una mula puede transportar entre medio kilo y un kilo en total”, explicó. El proceso incluye el uso de medicamentos que paralizan el intestino, permitiendo retener la droga por más tiempo. Una vez detenidos, los involucrados son hidratados y tratados con laxantes o purgantes para facilitar la expulsión.
“El riesgo para la salud es altísimo”, advirtió Córdoba. “La ruptura de una cápsula puede provocar un infarto intestinal mesentérico, que suele ser letal en poco tiempo. También puede causar obstrucciones que requieren cirugía urgente. Con una sola cápsula que se rompa, la persona puede morir”. Además, incluso sin ruptura, hay peligro de intoxicaciones por filtración de pequeñas cantidades de droga al torrente sanguíneo.La directora del Centro de Salud,
Karina Loto, detalló que ya han atendido cinco casos similares en lo que va del año. Todos los pacientes llegaron bajo custodia de Gendarmería, que sigue un protocolo específico: ingreso con control médico, colocación de sueros y monitoreo permanente de signos vitales. Luego de la evacuación, se realiza una tomografía para comprobar que no queden restos en el organismo.
El 80% de las personas detenidas por esta modalidad en 2025 son mujeres. Más del 70% provienen de Bolivia y muchas viven en la Argentina o ingresan al país solo para transportar la droga. “Los narcos reclutan a gente en situación vulnerable, les prometen dinero y asistencia legal, pero después los abandonan”, denunció Córdoba. Muchas veces, los acusados permanecen varios meses detenidos en la provincia sin apoyo jurídico.
Loto agregó que los operativos más exitosos se realizan en rutas nacionales, cuando los controles son sorpresivos. “Suelen venir desde Tucumán, Salta o directamente de Bolivia. Depende mucho de la línea de control activa en ese momento”, explicó.
Las autoridades coinciden en que el endurecimiento de los controles y el uso de escáneres en aeropuertos y terminales ha obligado a las redes de narcotráfico a buscar vías menos vigiladas y métodos más sofisticados. La captación de “mulas humanas” —cada vez más habitual— representa un nuevo desafío en la lucha contra el narcotráfico en el norte del país.