Viernes 04 de Julio de 2025, 10:31

Un auto circulaba en sentido contrario por la autopista y provocó un violento choque. Murieron Gladis González, su hijo Rafael Aguirre y el conductor que causó el siniestro.
La familia estaba en pleno duelo. Habían viajado del sur del conurbano bonaerense hasta nuestra provincia, para trasladar los restos de Santo Reinaldo González (52), víctima de una diabetes. Lo despidieron y en el regreso los iba a sacudir la tragedia: los chocó un conductor que manejaba de contramano por la autopista.Murieron Gladis Raquel González (48) -hermana del hombre- y su hijo Rafael Ignacio Aguirre (22).Miguel Darío Pizzo (54), quien manejaba el Volkswagen Gol Trend, también perdió la vida.
Los otros tres ocupantes del Renault Logan resultaron heridos, pero se recuperan: Sebastián Urbano Balderrama (33) -sobrino de Gladis-, Candelaria Ayelén Salvatierra (19) -novia de Rafael- y Lourdes Hortensia Aguirre (15) -hija de Gladis-.
Todo ocurrió el domingo, a las 7.30 de la mañana, en la autopista Tucumán-Famaillá, cerca del acceso sur a la capital y a la altura del puente Santa Bárbara.
Otros conductores, entre ellos un enfermero y una familia, lograron esquivar al Gol, que inexplicablemente circulaba de contramano. Algunos lo vieron zigzaguear. Pero Rafael Aguirre, a quien acompañaba adelante su novia Ayelén, no pudo evitar el impacto.
Gladis y su hijo Rafael murieron a bordo de un Renault Logan que fue chocado de frente por un VW
Gol.
"El auto iba a 140 kilómetros por hora, según los peritos de la Policía, era imposible que saliera ileso alguien de esto", dijo a este diario Ruth Ibiris Cata (33), familiar de las víctimas, y sostuvo que "a esa hora la visibilidad era complicada" a raíz de la aguanieve, que en Tucumán se define como garrotillo.
Además, estimó que "el conductor seguramente iba ebrio y no sé cuántas cosas más habría consumido", porque "estaba decidido a no matarse solo".
Las víctimas volvían a la localidad de San José, en el partido de Almirante Brown.
Gladis era empleada doméstica y su hijo trabajaba en el sector mantenimiento del Hospital de Clínicas, en la ciudad de Buenos Aires.
Una semana antes había fallecido "Pepe", un hermano de la mujer. Por eso viajaron hasta la localidad de donde es la familia, Potrero de Rodeo Grande, en Trancas.
Gladis decidió quedarse hasta el domingo para cumplir con la tradición de "rezar la novena". El lunes tenía que trabajar,
igual que Rafael. Salieron poco después de las 5 de la mañana de
Trancas.
"El auto se hizo mil pedazos. Ayelén quedó muy golpeada, con la cara raspada, se ha cortado con los vidrios y los plásticos del auto. Mi otro primo, Sebastián, se dislocó la cadera, va a estar internado e inmovilizado de dos a tres semanas en el Hospital Padilla. Las chicas están golpeadas, pero les dieron el alta", precisó Ruth.
Quién era el conductor del Gol
"El Turco" Pizzo era trabajador aeronáutico. Se desempeñaba para Intercargo en el aeropuerto Benjamín Matienzo. Tenía una hija de 23 años y era de la ciudad de Banda del Río Salí.En las redes sociales recibió mensajes de despedida. "Amigo querido, recién me entero de tu partida. El dolor que siento es inmenso, mi querido turkito", escribió uno de sus allegados.
Una allegada indicó: "Debe haberle pasado otra cosa a Darío, seguramente se descompensó, porque él no consumía alcohol".
Del lado de las víctimas cargaron fuerte contra lo que hizo y también contra sus allegados. "El cuerpo lo retiró la familia de la morgue y no lo velaron, porque se estaba pudriendo. Ni le hicieron autopsia. Mis hermanas los vieron porque estaban ahí", describió Ruth.
Miguel Darío Pizzo manejaba su VW Gol de contramano y causó una tragedia.
Martín González (26), hijo de Gladis, advirtió: "Que el asesino se pudra en el infierno. Los familiares ni siquiera nos vinieron a dar el pésame, no dieron la cara".
"Nosotros veníamos del velorio de mi tío y padrino. Nos habíamos tomado una semana para irnos a Tucumán y velarlo. Yo me volví el sábado a la mañana por la misma ruta. ¿Por qué no me ocurrió a mí en lugar de a mi querida familia? Es muy injusto todo", planteó a Clarín.
Rafael jugaba al futsal en el club Piedra Buena y estaba por comprarse las herramientas para trabajar como electricista por su cuenta. Ariel, papá de Rafael, y Gabriel, tío del joven, viajaron a nuestra provincia a buscar el cuerpo. Gladis fue sepultada aquí. Los dos hombres tuvieron que atravesar, en medio del dolor, "la tremenda burocracia". Los mandaron de un lado al otro para buscar los papeles, en lugar de digitalizar la documentación y hacer todo más sencillo.
Este jueves finalmente lo inhumaron en el cementerio de Rafael Calzada tras velarlo en la casa de su abuela."Hay que ver cómo a un buen pibe lo vino a despedir cantidad de gente. Era un pibe bueno, un pibe de barrio", cerró Gabriel./
Clarín
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