La Justicia analiza las condiciones de detención de Cristina y podría sugerirle un cambio de domicilio

Domingo 06 de Julio de 2025, 20:40

Este lunes, la defensa pedirá que flexibilicen sus visitas y que le saquen del tobillo el dispositivo electrónico de control; la fiscalía rechazará ese planteo; al mismo tiempo psicólogos y asistentes sociales verán a la expresidenta



La Justicia sugeriría un cambio en el lugar de detención domiciliaria de la expresidenta Cristina Kirchner y podría flexibilizar el régimen de visitas, aunque mantendría la tobillera electrónica como dispositivo de control, según anticiparon fuentes de los tribunales.

Este lunes, en una audiencia de la que participarán todas las partes, los jueces de la Cámara Federal de Casación Penal Mariano Borinsky, Gustavo Hornos y Diego Barroetaveña revisarán el actual régimen de ejecución de la condena de la expresidenta.

Al mismo tiempo que en los tribunales federales de Comodoro Py 2002 tendrá lugar esa audiencia, un grupo interdisciplinario de psicólogos y asistentes sociales entrevistarán a la expresidenta en su departamento de San José 1111, en el barrio de Constitución.

Los expertos analizarán cómo se adapta Cristina Kirchner a la prisión domiciliaria, si el uso de la tobillera le provoca algún malestar, si funciona correctamente, y elevarán un informe a la Casación y al tribunal encargado de ejecutar la pena, el Tribunal Oral Federal N°2.

Camaristas de Vialidad. Son Barroetaveña, Hornos y Borinsky

Sobre la tobillera en cuestión, los peritos determinarán si se le escama la piel a la expresidenta o si le provoca algún tipo de alergia, por ejemplo, dijo un funcionario judicial.

La ley de ejecución penal dice en su artículo 33 que la prisión domiciliaria será dispuesta por el juez de ejecución y que “se exigirá un dispositivo electrónico de control, el cual solo podrá ser dispensado por decisión judicial, previo informe de los órganos de control y del equipo interdisciplinario”.

Este es el equipo que el lunes evaluará a Cristina Kirchner y que informará al tribunal y a la Cámara de Casación, que puede tener en cuenta sus dichos para decidir si mantiene la tobillera.

Fueron los jueces del TOF2, Jorge Gorini, Rodrigo Giménez Uriburu y Andrés Basso, los que fijaron que Cristina Kirchner cumpla su condena en prisión domiciliaria, con una tobillera electrónica y con un serie de reglas de conducta que le permiten visitas de un grupo pequeño de abogados, médicos y familiares.

Lula da Silva y Cristina Kirchner, la semana pasada en San José 1111

Todas las demás personas que deseen visitar a la expresidenta deben tener permiso del tribunal y la defensa de Cristina Kirchner debe justificarlas en cada caso. Así sucedió, por caso, con el presidente de Brasil, Lula da Silva.

Las reglas de conducta incluyen una advertencia a la expresidenta de que con sus acciones no provoque alteraciones en el barrio y la convivencia vecinal.

El fiscal federal Diego Luciani se opuso a esas condiciones y reclamó que Cristina Kirchner vaya a una cárcel común. Además, sostuvo que el lugar donde se mantiene ahora, San José 1111, no es apto para su prisión domiciliaria. La defensa, por su parte, pidió levantar toda restricción a las visitas y que le quiten la tobillera.

Descartan la idea de Luciani

En la audiencia de este lunes, el fiscal ante la Cámara de Casación, Mario Villar, no sostendrá la idea de la cárcel común, como Luciani, sino que apoyará que Cristina Kirchner continúe en prisión domiciliaria, dijeron fuentes judiciales a LA NACION.

La elección del domicilio donde se cumple la condena ?en los casos en que se establece una prisión domiciliaria? es del condenado, por lo que el fiscal o el tribunal a lo sumo pueden impugnar un sitio o hacer sugerencias de cambio.

Por dar un ejemplo, la Justicia podría sugerirle a Cristina Kirchner que cumpla la condena en su casa de El Calafate o de Río Gallegos, pero la defensa de la expresidenta podría argumentar que esos lugares la privarían de desarrollar su vida política y su personalidad, señalaron en tribunales.

Los jueces de la Casación son los que tendrán la posibilidad de decidir sobre el asunto. Tras la audiencia de mañana, tendrán cinco días hábiles para resolver. Lo harán antes probablemente. Para ese momento contarán, además, con el informe del equipo interdisciplinario que revisará a la expresidenta y su tobillera.

El fiscal Luciani en la feria del libro

En la Casación hay miradas coincidentes y otras no tanto. Por ejemplo, acerca de si pueden abordar la conveniencia del domicilio. El recurso fiscal lo menciona, con lo que el tribunal tiene la puerta abierta para sugerir cambios. Podrían apelar, por ejemplo, a argumentar sobre la necesidad de mantener la “paz social” y la “tranquilidad pública” en Constitución.

Otro asunto que podrían abordar es el tema de la custodia de la expresidenta y su responsabilidad. Pues la Policía Federal y el cuerpo de custodios de Cristina Kirchner serían responsables si hay algún incumplimiento en las reglas de conducta. Son cerca de 10 personas que se turnan.

El régimen de visitas es otro de los asuntos que los jueces están analizando. De hecho, les pareció muy significativo el experimento que hizo el abogado Gregorio Dalbón, cuando invitó a mandar correos electrónicos al tribunal para ver a la expresidenta y llegaron más de mil mensajes.

El TOF trasladó esos pedidos a la defensa de Cristina Kirchner. Si se abocaba a tramitar cada uno de ellos, el tribunal se hubiera visto desbordado. En la Casación analizan que, en los casos donde los condenados cumplen prisión en una cárcel, nadie tiene que pedir permiso para visitarlos.

De todos modos, en los tribunales analizan que todos los artículos de la ley de ejecución penal se tienen que focalizar en el condenado, por lo que los problemas de la calle o la intranquilidad en el barrio de Constitución son parte del entorno externo, y lo exceden.

“Lo mas importante ya pasó. Hubo un juicio, se confirmó la condena y se está ejecutando, además de quedar firme la inhabilitación y el decomiso, lo que suceda ahora no es tan relevante”, mencionan en los tribunales, con la idea de quitarle impacto a una eventual decisión de la Cámara de Casación, donde hay miradas más severas que otras. /La Nacion