Martes 15 de Julio de 2025, 20:11

La icónica marca británica Hunter firmó una alianza con la empresa argentina Perramus.
Las emblemáticas botas de lluvia Hunter, símbolo de la tradición británica, regresan oficialmente al país de la mano de una marca argentina que también lleva más de un siglo de historia: Perramus. Fundada en 1922 y referente en indumentaria outerwear, la empresa firmó un acuerdo de seis años para convertirse en distribuidora oficial de la marca inglesa.
Las botas ya están disponibles en tiendas físicas y en el canal online de Perramus, y en los próximos meses se sumarán líneas de accesorios e indumentaria, algunas de las cuales incluso serán diseñadas y fabricadas localmente.
"Hunter es una supermarca que calza perfecto con Perramus. Va a atraer a un público distinto, más joven, y se va a complementar muy bien con el universo que ya construimos", explicó Diego Meischenguiser, presidente de Perramus, durante un encuentro con periodistas en la fábrica que la empresa tiene en el barrio porteño de San Cristóbal.
La alianza se concreta en un momento de reconversión para el sector de la moda y la industria textil, marcado por la caída del consumo, la apertura a las importaciones y la necesidad de captar nuevos públicos. "Hoy el consumidor tiene un abanico enorme de productos para elegir, y va a sobrevivir el que tenga la mejor propuesta de valor. No es solo precio: es marca, colección, comunicación y servicio", señaló Meischenguiser, que lleva más de 30 años al frente de la firma.
Hunter, fundada en 1856 en Escocia bajo el nombre North British Rubber Company, alcanzó notoriedad internacional con sus botas Wellington, confeccionadas con caucho vulcanizado y compuestas por 28 piezas ensambladas a mano. Usadas durante generaciones por la realeza británica, se convirtieron en un ícono de la elegancia funcional, tanto en el campo como en la ciudad. En Argentina, la marca tuvo una presencia breve y discontinua a través de una alianza con Paula Cahen D’Anvers, que no logró sostenerse debido a las restricciones a las importaciones vigentes en aquel momento.:quality(70)/https://assets.iprofesional.com/assets/jpg/2025/07/599744.jpg)
"Cuando nos ofrecieron representar Hunter, ya hacía rato que no estaba en el país. Y fue una decisión muy pensada, porque sabemos que en Argentina las reglas de juego cambian constantemente", relató Meischenguiser. El contrato con la marca británica —"78 páginas y en inglés", detalló entre risas— no solo incluye la importación de productos, sino también la posibilidad de diseñar y fabricar indumentaria y marroquinería con sello local. "Incluimos una cláusula de fuerza mayor que costó que entendieran, porque para ellos fuerza mayor es un terremoto. Pero acá puede pasar que no podamos importar o pagar, y eso también hay que contemplarlo", subrayó.
Cuánto cuestan las botas más famosas del mundo
El posicionamiento apunta a un público medio-alto
. En Argentina, las botas clásicas de caña alta —disponibles en tres colores: azul marino, verde oliva y negro— cuestan $169.000, un 20% más que en otros mercados. "En Chile el arancel de importación es del 6%; acá es del 20%. A eso hay que sumarle ingresos brutos, IVA, comisiones de tarjeta y el costo financiero. No es que los empresarios del rubro queramos hacernos millonarios: tenemos una estructura de costos fijos altísima", explicó.
El primer envío de productos Hunter al país fue por un valor de u$s500.000, correspondiente al primer semestre de operaciones. La inversión inicial para lanzar la marca, incluyendo regalías, rediseño de procesos internos y campañas publicitarias, superó los 200.000 dólares.
La alianza, sin embargo, no solamente implica importación. También contempla el diseño local, la fabricación nacional de productos, y la apertura de locales exclusivos Hunter —propios o franquiciados— en territorio argentino. "Está contemplado por contrato. Si todo avanza como esperamos, en el tercer año deberíamos tener un local solo Hunter en el país", anticipó Meischenguiser.
Producción mixta, diseño in-house y renovación generacional
El desembarco de Hunter coincide con una nueva etapa económica en la Argentina. La apertura comercial impulsada por el gobierno de Javier Milei, con menor intervención estatal y la liberalización del mercado cambiario, está facilitando el regreso de marcas internacionales que habían abandonado el país. Para Meischenguiser, este contexto presenta tanto desafíos como oportunidades.
"A mí me gusta la economía abierta, pero siempre y cuando compitamos en igualdad de condiciones. Hoy los productos importados llegan, pero en Argentina tenés costos que no existen en otros países: ingresos brutos, IVA, cargas sociales, indemnizaciones... y ni hablar de las comisiones de las tarjetas. Si jugamos con las mismas reglas, estamos listos para competir", aseguró.
En ese contexto, la estructura interna de Perramus también se adaptó.
La empresa emplea actualmente a 180 personas, aunque con menos operarios en fábrica y más diseñadores, expertos en comercio exterior, redes sociales y e-commerce.
Hoy, un 70% de los productos de la marca se fabrican en el país y el 30% restante se importa, aunque el objetivo es alcanzar un mix 50/50. Para acompañar la expansión, la empresa reconfiguró su área de diseño y asignó un equipo exclusivo a la marca inglesa. "Son seis diseñadores en total. Al principio quisimos que todos hicieran todo, pero las diseñadoras mismas nos dijeron que no era así, que cada marca tiene su lenguaje. Y tenían razón", contó entre risas.
Actualmente, Perramus cuenta con 18 puntos de venta – 7 franquicias y 11 locales propios-, y evalúa nuevas aperturas, especialmente en ciudades donde Hunter puede abrir puertas que antes estaban cerradas. "Con dos marcas en la vidriera, aparecen interesados donde antes no los había", sostuvo.
En cuanto al posicionamiento regional, Meischenguiser confirmó que la marca también está presente en Chile y Uruguay, y que hay posibilidades de que Perramus se convierta en el abastecedor regional de Hunter para América del Sur. "En Brasil, por ejemplo, todavía no está. Y como nosotros ya tenemos experiencia operando en Uruguay, no descartamos llevar también la marca allá", señaló.
En la fábrica de San Cristóbal, que ocupa 3.000 m², se realizan los procesos de corte, moldería y desarrollo de producto. También funciona el showroom, donde ya se exhiben las Hunter y los primeros diseños locales.
El plan, según anticipó el empresario, es crecer 30% por año en volumen de ventas, sumando progresivamente productos como hoodies, remeras, marroquinería y, más adelante, camperas.Más allá del negocio, la alianza con Hunter también representa una renovación simbólica para Perramus. "Hunter tiene un perfil más fashion, más adolescente. Mis hijas nunca se habían puesto botas de lluvia y ahora están fascinadas. Eso es lo lindo de las marcas: van más allá del producto, tienen valor aspiracional", reflexionó Meischenguiser.
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