El parque Sierra de San Javier se volvió una fiesta con el imponente regreso de los tucanes

Miércoles 23 de Julio de 2025, 06:04

TUCANES. Volvieron a verse en el pedemonte tucumano, donde su presencia se hizo más notoria en los últimos años.



Los colores intensos y el vuelo ondulante de un tucán volvieron a verse en el Parque Sierra de San Javier, despertando sorpresa, entusiasmo y una renovada conexión con la naturaleza en visitantes y pobladores de la zona. El avistamiento de esta llamativa ave en sectores como el funicular reavivó el interés por una especie que, además de su belleza inconfundible, cumple un rol clave en los ecosistemas del noroeste argentino.

Aunque el tucán no es un recién llegado —forma parte de la fauna nativa de las yungas tucumanas— su presencia cada vez más visible se debe, según explican desde el parque, a un mayor nivel de conciencia ambiental entre los ciudadanos. “Han estado siempre, pero ahora los vemos más porque la gente presta más atención a su entorno”, señaló Dolores Albornoz, guardaparque y responsable de Extensión Ambiental del área protegida.

Las recientes apariciones, que incluyen ejemplares vistos a diferentes alturas (entre los 600 y los 1.700 metros sobre el nivel del mar), son también un indicador positivo de la salud del ecosistema. El tucán, como especie frugívora y a su vez presa de otros animales, ocupa un lugar esencial en la cadena alimenticia. “No podemos ver a una especie aislada del ecosistema, todos cumplen un rol”, remarcó Albornoz.

Pero la emoción del encuentro viene acompañada de una advertencia. “El tucán no es una mascota. Intentar capturarlo o alimentarlo pone en riesgo su vida y su equilibrio natural”, advirtió la guardaparque. Aunque en Tucumán no se han detectado casos graves de mascotismo con esta especie, la captura ilegal es una amenaza que afecta a muchas otras aves en el país. Según Albornoz, por cada ejemplar que llega a una jaula, al menos diez mueren en el proceso.

Los especialistas recomiendan que, ante un avistamiento, no se intente acercarse ni interferir con su comportamiento. “Podés reportar el avistamiento si querés, pero lo más importante es dejar que el animal siga su curso natural”, agregó.

Con un tamaño que ronda los 55 centímetros de largo, pico llamativo, vuelo lento y sonido áspero similar al del carancho, los tucanes son aves que no pasan desapercibidas. Se desplazan en grupo y suelen posarse en las ramas altas al amanecer o atardecer, lo que los convierte en un espectáculo frecuente —aunque fugaz— para quienes se adentran en los senderos del parque.

Para quienes deseen contribuir a su protección, la recomendación es clara: forestar con especies nativas, que proveen alimento no solo a los tucanes sino también a muchas otras especies. “Verlos cerca de la ciudad nos recuerda la importancia del Parque como refugio de biodiversidad. Estamos a solo 16 kilómetros de la capital tucumana y podés ver desde tucanes hasta felinos o corzuelas. Es un lujo que debemos cuidar”, concluyó Albornoz.

El Parque Sierra de San Javier permanece abierto de 8 a 18 durante el invierno, y el funicular, uno de los puntos más visitados, se ha transformado también en un escenario privilegiado para este reencuentro con la vida silvestre. Allí, entre el rumor de los árboles y el aire fresco de montaña, la naturaleza sigue brindando espectáculos únicos que merecen ser admirados… y protegidos.