Sábado 26 de Julio de 2025, 06:17
Un hombre fue condenado este jueves a cuatro años y siete meses de prisión efectiva tras admitir que cometió cinco robos y tentativas de robo en apenas tres semanas, todos contra dos mujeres que vivían a pocos metros de su casa, en el pasaje Inca Garcilaso al 700, en San Miguel de Tucumán. Uno de los domicilios fue atacado en cuatro ocasiones consecutivas en menos de un mes.El acusado,
Mario Enrique Andrada, aceptó su culpabilidad en un juicio abreviado impulsado por la Unidad Fiscal de Robos y Hurtos II, a cargo del fiscal
Ernesto Salas López. La sentencia fue dictada por el juez
Guido Buldurini, quien homologó el acuerdo presentado por el auxiliar de fiscal
Alejandro Andole, junto con la defensora oficial
Delfina Romano y la aprobación de las víctimas.
Según la investigación del Ministerio Público Fiscal, los ataques comenzaron el 16 de abril, cuando Andrada entró por una ventana y se llevó una cortina del domicilio de su vecina
R.M., mientras ella dormía. Cinco días después, regresó al mismo lugar y trató de robar una cámara de seguridad con un palo, pero no lo logró porque el equipo estaba protegido con una jaula metálica.
El 8 de mayo protagonizó dos hechos en pocas horas. A las 4:30 de la madrugada, volvió a treparse a la reja, caminó por la tapia y trató de sustraer más cámaras de seguridad. Fue sorprendido por la víctima y su madre, a quienes amenazó con un cuchillo antes de huir cuando sonó la alarma. Esa misma mañana, a las 7, regresó una vez más y se llevó el basurero instalado en la vereda.
Ese mismo día, a las 7:50, aprovechando que otra vecina —S.R.J.— había salido a trabajar, escaló la reja del frente, caminó por el techo, y entró por el jardín trasero a una dependencia de servicio que estaba sin llave. Allí robó una batidora y una minipimer.
Sin embargo, cuando intentaba escapar nuevamente por los techos, fue detenido por personal de la Patrulla Motorizada a pocas cuadras del lugar.
En la audiencia, la Fiscalía presentó los videos de las cámaras de seguridad que registraron los hechos y testimonios directos de las víctimas, quienes identificaron al imputado como conocido por otros ilícitos en el barrio. También se consideró su prontuario judicial previo al momento de acordar la pena.
Andrada fue condenado por los delitos de robo simple (dos hechos), tentativa de robo simple, tentativa de robo agravado por el uso de arma blanca, robo simple y tentativa de hurto agravado por escalamiento. La pena final fue de 4 años y 7 meses de prisión efectiva.
Con esta resolución, la Justicia cerró un caso que había generado alarma entre los vecinos de la cuadra, al tratarse de hechos reiterados, realizados con violencia y con una persistencia inusual, incluso desafiando medidas de seguridad como cámaras, alarmas y rejas.