Domingo 27 de Julio de 2025, 08:35
El 15 de julio de 2015 Andrea Esnaola se retiró antes de su horario de la Escuela Técnica de Punta Alta, donde trabaja como auxiliar, y se esfumó. La buscaron por tierra, por agua y por aire, pero no se encontró ni un solo rastro de la mujer. Tampoco hubo indicios ni pruebas de un crimen o un accidente.
La pareja de Andrea, Gustavo Martínez Ipucha, intentó quitarse la vida cuatro días después de su desaparición pero erró el tiro. Sobrevivió, aunque no ileso: perdió la visión de uno de sus ojos. La Justicia lo investigó y más tarde, sin evidencias que lo incriminaran, lo desvinculó del caso.
Finalmente, en 2020 la investigación se cerró bajo la presunción de un “suicidio impulsivo como forma de fuga o escape". La teoría, sugerida por un informe del Sistema Federal de Búsqueda de Personas Desaparecidas y Extraviadas, dejó gusto a poco y un misterio que resiste después de 10 años.
Marcela Pintado era amiga de Andrea y además trabajaba con ella en la escuela. Aquel 15 de julio, la última vez que la vieron, almorzaron juntas, pero no advirtió ninguna señal que le permitiera imaginar la pesadilla que se iniciaría apenas unas horas después.
“Estábamos comiendo y surgió una cuestión cómica, que nos miramos y nos reímos”, recordó Marcela, en diálogo con TN, y agregó: “Después nos apartamos las dos solas y nos seguíamos riendo de lo que pasó”.
“Yo no sé si una persona puede estar así y a las 3 horas tomar la decisión de quitarse la vida, por eso no me cierra”, apuntó, en relación a la hipótesis de que su amiga se hubiera suicidado.
Lo cierto es que el día en cuestión Andrea se retiró de su trabajo 15 minutos antes de que terminara su horario, algo que no era habitual en ella, y se fue caminando en la dirección opuesta a su casa, según se supo después en base a la declaración de testigos y al recorrido que marcaron los perros adiestrados de la policía.
“Ella se fue, pero dejó su cartera en la cocina de la escuela”, contó Marcela. Cuando se hicieron las 18, como tenían que cerrar el lugar con llave, la otra auxiliar empezó a llamarla para que fuera a buscar el bolso. Fue entonces cuando se dieron cuenta de que también había dejado el celular. “Ahí empezó la locura”, afirmó su amiga.
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Ella fue una de las primeras personas el volver al colegio al enterarse de que no podían encontrar a Andrea. Llegó casi al mismo tiempo que la pareja de la mujer desaparecida y empezaron a buscarla a pie por la zona: escuelas, comercios, bajadas al mar, casas de amigas. No encontraron nada.
“Andrea, no puedo vivir sin vos”
Las horas se convirtieron en días y Andrea seguía sin aparecer. Ya no solo la buscaban sus allegados y los vecinos de Pehuen Co, donde vivía desde hacía varios años. Gendarmería y Prefectura se sumaron a los rastrillajes de la policía local mientras la incertidumbre empezaba a abrirle paso a la desesperación.
Al cuarto día, Gustavo Martínez Ipucha, el esposo de Esnaola, tomó un arma, se subió a su cuatriciclo y se fue solo hacia la zona de los médanos. “Había dejado una nota que decía ‘Andrea, no puedo vivir sin vos’”, recordó Marcela Pintado.
“Se pegó un tiro en la sien, pero no se murió. La bala le quedó alojada en la cabeza, perdió un ojo”, siguió la amiga. Y completó: “Herido como estaba, se volvió a subir al cuatri y llegó por sus propios medios a la casa de la madre. Ella fue quien lo llevó a un hospital”.
“Si lo ves en una película pensás que no es cierto, pero así fue como pasó”, indicó la mujer a este medio.
Martínez Ipucha sobrevivió al intento de suicidio y fue internado en ese momento en una clínica psiquiátrica. Aunque fue investigado, nunca se encontraron pruebas suficientes para imputarlo, y su nombre fue desvinculado de la causa con el tiempo.
Sospechas, teorías y más dudas
No saber es lo que más duele, expresó Marcela Pintado en distintas entrevistas. Y aunque ella misma reconoce que “todo es posible”, de lo único que está convencida es de que su amiga no se suicidó.
“Era pleno invierno. Con ese frío, si te metés al agua morís de hipotermia, el mar te saca. La hubieran encontrado en la orilla”, afirmó tajante, en diálogo con TN.
A lo largo de una década, la causa se quedó sin pistas, sin sospechosos ni detenidos. “La cerraron como suicidio sin pruebas, tienen que investigar más”, reclamó Marcela.
Y arriesgó: “Tiene que haber gente que haya visto algo, mantengo la esperanza de que alguien hable”.
“A ella no le gustaba...”
Al momento de su desaparición, Andrea Esnaola tenía 47 años, trabajaba como auxiliar en la escuela técnica y también colaboraba en el comedor.
Sin embargo, no había llegado a Pehuen Co desde Bahía Blanca - donde nació y tenía a toda su familia - por elección propia, sino para acompañar a su pareja, que había conseguido un trabajo en ese lugar.
“Tres meses antes de que desapareciera, en abril, se casó (con Martínez Ipucha) y le hicimos la despedida de soltera. Parecía más contenta, se arreglaba más... pero solo le duró un tiempo corto”, remarcó Marcela.
“A ella no le gustaba vivir en Pehuen Co, toda su familia había quedado en Bahía. Sus amigas también”, señaló Marcela, y explicó: “En Pehuen tenés una vida muy rutinaria. O te gusta o no te gusta”.
No obstante, aclaró, esto no era suficiente como para afirmar que Andrea estuviera atravesando un estado de depresión. “Era una persona muy reservada, pero no tenía problemas con nadie”, manifestó.
A 10 años de aquel último almuerzo que compartió con ella, las circunstancias alrededor de la desaparición de su amiga siguen siendo tan ambiguas como entonces.
Frente a ese escenario, reflexionó: “Nunca la quise invadir, dejaba que me contara lo que quisiera. Capaz fue una equivocación, tendría que haber escudriñado más”.
Un año después de la desaparición de Andrea, Marcela Pintado se fue de Pehuen Co detrás de una oportunidad laboral, pero también para alejarse del dolor que le provocaba su ausencia.
“Anímicamente, no pude superarlo, no pude seguir en esa escuela donde todo eran recuerdos con ella”, expresó sobre el cierre de la entrevista con este medio.
Sin embargo, no la olvida y se aferra fuerte a las risas de su último almuerzo juntas. “Yo quiero pensar que ella se fue. Hubo mucha quietud por parte de la familia, fantaseo con que ellos saben que Andrea está bien“, cerró. /TN