Domingo 27 de Julio de 2025, 15:35

Franco Colapinto trata de impedir, en vano, el sobrepaso de Andrea Kimi Antonelli.
La clasificación final del Gran Premio de Bélgica sólo entrega una sentencia clara. Franco Colapinto llegó penúltimo con su Alpine luego de haber largado en un expectante 15° lugar beneficiado porque varios autos decidieron romper el parque cerrado. Sólo terminó por delante del francés Isack Hadjar, que la pasó muy mal con su Racing Bulls y, atribulado, casi que no compitió. De no ser por eso, el argentino habría terminado en el último puesto. Y queda claro, una vez más, que su Alpine no lo acompaña. Se le pueden atribuir errores y algunas distracciones, claro. Pero lo concreto es que el auto se le hace indomable por momentos y que no tiene ritmo de carrera. Así no solo le resulta imposible sobrepasar rivales, sino que también le impide sostener su posición. El argentino lo sufre.
Y también lo sabe. "Fue una carrera positiva si pensamos que dimos todas las vueltas, pero no fue nada positiva en cuanto al ritmo. Nos costó mucho con la goma lisa, otra vez, sin ritmo. Con el aire sucio me costaba un montón. Una pena. No fue una buena carrera en general para nosotros. Hay que seguir laburando", aceptó resignado Colapinto, que dejó atrás los fantasmas de Silverstone -no pudo largar por un problema mecánico y quedó varado en el pitlane-, pero que sigue sin encontrarle la vuelta al Alpine.
Algo que si viene consiguiendo su compañero, el francés Pierre Gasly, que este domingo partió 13° y llegó en un milagroso 10° lugar al aprovechar la segunda detención de Nico Hulkenberg con su Sauber y convertirse en un tapón de todos los que lo intentaron pasar.
La pregunta es por qué Gasly puede sacarle rendimiento a un Alpine que claramente no lo tiene. La respuesta es lo misma de siempre. Sin saber a ciencia exacta si la puesta a punto de los autos es diferente -como les sucede a todos los compañeros que desfilaron al lado de Max Verstappen en Red Bull-, el francés hace valer su mayor conocimiento del coche y su enorme experiencia para gestionarlo mejor en la adversidad. Tal vez no gira mucho más rápido, pero fin de semana tras fin de semana lo suele hacer mejor. Y deja a las claras que Colapinto necesita rodaje. Y, sobre todo, tiempo. Un bien que no abunda en la Fórmula 1 más allá de que todo hace indicar que tiene butaca asegurada hasta finales de año.
En Spa Francorchamps, después de que la carrera se demorara casi una hora y media por el tormentón que se desató cuando los autos daban la vuelta de formación, Colapinto mostró su mejor versión en los primeros giros con neumáticos intermedios para la lluvia. Solo el interminable Lewis Hamilton, hecho una tromba con su Ferrari, lo había podido sobrepasar -a él y a varios-. Pero después fue todo cuesta arriba para el de Pilar.
Pudo haber habido un error de estrategia cuando pasó algo tarde por boxes por primera vez para poner neumáticos de compuesto medio para pista seca. A partir de entonces, luego de un par de giros interesantes, el Alpine empezó a perder ritmo. Y, en consecuencia, Colapinto comenzó a ceder posiciones. Primero lo sobrepasó el italiano Kimi Antonelli con un Mercedes que iba más rápido y más tarde el canadiense Lance Stroll, con un Aston Martin que también era más veloz. Eso, sumado a los lugares que había perdido por la detención, lo habían tirado muy abajo.
"Con intermedias y con la lluvia iba rápido y me estaba acercando un poco a Pierre. Creo que intermedias paramos una o dos vueltas tarde. Después esas dos paradas, obvio, no ayudaron. Perdí dos o tres puestos por la parada que no pude recuperar. Fue una carrera dura. Me costó un poco el aire sucio cuando salí con la goma lisa. Se empezó a gastar mucho la goma", analizó Colapinto, a quien ni la visita de Lionel Scaloni, el DT de la Selección Argentina, ayudó para levantarlo.
Franco Colapinto charla con Lionel Scaloni. Le hacía el aguante, eso sí, al español Carlos Sainz y su Williams. Tanto fue así que el ex Ferrari tuvo que pasar por boxes para cambiar las gomas. Y eso le daba aire al argentino. Hasta que sus propios neumáticos no quisieron más y se vio obligado a hacer una segunda parada que lo dejó en un 19° lugar del que no pudo salir. Llegó a estar a tres décimas de Sainz, pero se pasó un poco en una curva y ya las chances de sobrepaso se esfumaron.
"Fue una carrera dura. Intentamos avanzar, pero creo que estábamos medio frenados con los autos de adelante en un momento. Íbamos mucho más rápido en la rectas y más lentos en la curvas. Y costaba un poco porque si no podías pasar te quedabas un poco atorado. Con las gomas lisas no logramos hacer el clic", cerró
Colapinto, que sigue siendo el único piloto en actividad que no sumó puntos en lo que va de la temporada. El otro es el australiano Jack Doohan, a quien reemplazó hace siete grandes premios. De hecho, todos los novatos, con altas y bajas, ya sumaron. El auto, se insiste, no lo ayudó a ninguno de los dos.

Colapinto, en acción, en Spa.
Tendrá poco tiempo de trabajo por delante Colapinto para conseguir mejoras. El circo itinerante de la Fórmula 1 se mudará el próximo fin de semana al Hungaroring, en Budapest. Se trata de un circuito complejo, con pocos tramos para sobrepasos. Pero el problema del argentino, claramente, no está en el diseño de los circuitos. No le encuentra la vuelta a un Alpine que es la peor auto de la peor escudería de la grilla. Una certeza que no servirá para acallar los rumores, esos que aceleran a fondo entre carrera y carrera, y que en los próximos días volverán a caer sobre su espalda. /
Clarìn
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