Sábado 09 de Agosto de 2025, 13:13

A pesar del crecimiento económico proyectado, la gente no lo siente debido al aumento de la deuda y la falta de empleo
A pesar de las estadísticas que apuntan a un crecimiento económico para este 2025, muchos argentinos no sienten este repunte en su día a día. El clima en la economía real se caracteriza por el aumento de la morosidad, el creciente endeudamiento de los hogares, y la falta de un repunte claro en el empleo. Mientras que las cifras del gobierno podrían sugerir crecimiento, la realidad cotidiana refleja que muchas familias siguen con apuros financieros.
¿Qué dicen las cifras?
Las exportaciones argentinas crecieron un 10,8% en junio de 2025, pero las importaciones lo hicieron a un ritmo mucho más acelerado, un 35,9%. Esto pone de manifiesto una balanza comercial deficitara, donde el país consume divisas que no produce. El dato es aún más preocupante si comparamos las exportaciones actuales con las de hace tres años, que muestran una caída del 14%.
El riesgo cambiario es un fantasma persistente. Aunque las reservas brutas del Banco Central superan los 40.000 millones de dólares, las reservas netas disponibles (descontando swaps y encajes) están por debajo de esa cifra, lo que genera incertidumbre en los mercados.
¿Qué medidas se están tomando?
Ante la presión de un dólar oficial cerca de los 1.450 pesos, el equipo económico de Luis Caputo ha recurrido a la estrategia tradicional de subir las tasas de interés. Estas medidas, como las tasas mensuales del 3,2% al 4%, buscan frenar las expectativas de devaluación. Sin embargo, las tasas reales continúan por encima de la inflación, lo que genera un círculo vicioso.
El impacto en los hogares
Una de las consecuencias más directas de esta situación es el aumento de la morosidad en los hogares argentinos. Entre diciembre de 2024 y mayo de 2025, la morosidad pasó del 2,6% al 4,5%, y según los datos del Banco Central, casi el 19% de los ingresos familiares se destina al pago de deudas. Además, la relación entre préstamos y depósitos privados se ha estrechado considerablemente, con un crecimiento de los préstamos que representa un 81% de los depósitos.
El desempleo: la gran deuda pendiente
A pesar de las estadísticas de crecimiento, los datos de empleo siguen siendo negativos. Entre agosto de 2023 y abril de 2025, la industria perdió 37.600 puestos de trabajo, y el sector de la construcción sufrió una caída aún mayor, con 92.170 empleos menos en el mismo periodo. La falta de una recuperación sustancial en el empleo hace que la población no perciba el crecimiento de la economía como una mejora en su vida diaria.
El dilema de la ficción estadística
Aunque el PBI de 2025 podría crecer un 5% si se cumplen las proyecciones del gobierno, la verdadera cuestión es si la gente siente este crecimiento en su bolsillo. En la economía real, las familias continúan luchando con la inflación, la alta carga tributaria y la falta de empleo de calidad.
El crecimiento económico, aunque es una meta del gobierno, no es suficiente si no se traduce en una mejora en el bienestar de la población. En este sentido, los analistas coinciden: el verdadero crecimiento se percibe cuando hay empleo de calidad, estabilidad de precios y un repunte en el poder adquisitivo de las familias.
Conclusión:El crecimiento económico puede ser visible en ciertas estadísticas, pero la gente no lo siente por la falta de empleo, la morosidad creciente y la incertidumbre financiera. Para que este crecimiento sea real, debe haber una mejora tangible en la calidad de vida de la población, algo que hoy, en muchos casos, aún parece lejano. /
Clarín
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