Domingo 10 de Agosto de 2025, 23:06
A más de un año y medio de asumir, el rumbo económico del presidente Javier Milei todavía no muestra resultados palpables para la mayoría de los argentinos. Si bien la inflación mensual se desaceleró desde los picos de fines de 2023, la actividad económica continúa en caída y crece la cantidad de hogares que no logran llegar a fin de mes.
El apoyo a Milei, que había alcanzado niveles inéditos para un presidente en su primer semestre, se redujo a niveles moderados en los últimos meses. Sin embargo, el mandatario sigue figurando entre los dirigentes con mayor respaldo a nivel nacional pero también con mucha imagen negativa. La principal explicación es política: su mayor ventaja hoy no es la promesa de convertir a la Argentina en una potencia o provocar un “shock” de crecimiento, sino simplemente ser visto como “menos malo” que el kirchnerismo.
En ese terreno, La Libertad Avanza apuesta a la polarización. El oficialismo busca confrontar de forma directa con las figuras más representativas del kirchnerismo, como Axel Kicillof, Sergio Massa y Máximo Kirchner, a quienes responsabiliza de la herencia recibida. La estrategia es mantener vivo al adversario y forzar el debate en esos términos, evitando que surjan terceras fuerzas competitivas.
Gobernadores, entre la distancia y la cautela
En las provincias, el tablero es más complejo. La mayoría de los mandatarios peronistas, salvo Kicillof, se distancian de la conducción actual del PJ nacional, mientras que los gobernadores no peronistas comienzan a tomar distancia de Milei en lugar de acercarse. El recorte de fondos a las provincias tensionó la relación y llevó a que muchos opten por provincializar las próximas elecciones, alejándose de la agenda política de la Casa Rosada.
Aquí en Tucumán, el caso es ilustrativo. El gobernador Osvaldo Jaldo, peronista, procura despegarse de Milei en el discurso, pero mantiene canales de diálogo con el Ejecutivo nacional. A la vez, evita mostrarse con los dirigentes kirchneristas más duros, buscando un equilibrio que preserve su margen de maniobra local e incluso hasta diferenciándose de cualquier ideología que no beneficie directemente a nuestra provincia.
En este escenario, Milei encara la segunda mitad de su primer año de gestión con una economía frágil y un frente político adverso. Su principal fortaleza, por ahora, sigue siendo que enfrente tiene a un kirchnerismo debilitado y con escasa capacidad para ampliar su base de apoyo.
Sin embargo, esta misma estrategia de polarización permanente con el kirchnerismo también genera ruidos en otros frentes. En el plano económico, varios analistas advierten que la tensión política alimenta la percepción de inestabilidad y mantiene latente el temor de los mercados a un eventual giro populista si el oficialismo pierde fuerza. La posibilidad de que el país vuelva a adoptar políticas expansivas sin respaldo fiscal —asociadas a administraciones anteriores— o incluso un default declarado, preocupa a inversores locales e internacionales, que observan con cautela la gobernabilidad y la sustentabilidad del plan económico de Milei.