Miércoles 27 de Agosto de 2025, 00:40
Lucas Caballero, más conocido como “Kaká”, fue uno de los integrantes más populares de Los Wachiturros, el fenómeno musical que marcó a toda una generación a principios de la década de 2010.Hoy, lejos de los escenarios y las giras en boliches, su vida tomó un rumbo inesperado: es pastor evangélico y asegura que encontró en la fe el camino que le dio sentido después de atravesar la fama, el vacío y las adicciones. “Yo era el coreógrafo, el que armaba las coreos y le decía a los chicos cómo tenían que bailar. Siempre estaba al frente de todo”, contó en una entrevista.
Su apodo nació mucho antes de la música: en el barrio lo llamaban “Kaká” porque jugaba bien al fútbol y lo comparaban con el crack brasileño. Ese nombre lo acompañó en la escuela, en su grupo de amigos y finalmente en el escenario, cuando se convirtió en su identidad artística.
La explosión de Los Wachiturros fue tan rápida como intensa. “Fuimos a lo de Susana Giménez y logramos el pico de rating más alto del año, incluso más que Justin Bieber, que había ido la semana anterior”, recordó.
Sin embargo, el éxito no duró demasiado, ya que después de la acusación por abuso sexual contra Emanuel Guidone -conocido como DJ Memo, también integrante del conjunto musical- la convocatoria comenzó a bajar. “Empezamos a tener menos fechas, cada vez menos shows. Después me metí con las adicciones, marcó mucho mi vida. Me sentía vacío”, detalló.El punto de quiebre fue una gira en la que consumió cocaína durante tres días seguidos. “Me la di en el medio de la pera y terminé internado. Ahí dije: esta vida no la quiero más”, contó.
De la música y el baile a la fe
Hoy, a los 33 años, Caballero recorre templos y ministerios evangélicos en distintas provincias. “Hace 11 años que estoy en el camino de Dios y viajando por gran parte del país”, explicó. En su vida actual también hay música, pero con un mensaje completamente distinto. “Es lo mismo que hacíamos con los Wachiturros, pero con otras letras, más espirituales”, señaló.
En cada iglesia que visita, la reacción de la gente lo sorprende: “Me dicen ‘no lo puedo creer, yo te fui a ver a tal boliche y ahora te veo en la iglesia predicando la palabra de Dios’. Son cosas que a veces uno piensa qué loco, ¿no?”.
Si antes vivía la gira laboral y la de la noche, ahora define su presente como “la tercera etapa de la gira”: la espiritual. “En su momento con Los Wachiturros me tocó marcar una generación. Actualmente, en el camino de Dios, también me toca marcar una generación, pero diferente. Más que nada para el lado de proyectar, de soñar, de la fe”, aseguró.
A pesar de que recibió propuestas para regresar al grupo original, asegura que no volvería. “Ya viví esa etapa. Conocí la fama, ser parte de la farándula, tener todo lo que vos querés al alcance de tu mano. Hoy estoy en otra etapa totalmente diferente. Estoy casado, tengo una hija de 5 años y una familia, algo que nunca pensé”, concluyó.
/TN