“La utilización impune de las conversaciones privadas de la Lic. Milei por parte de esta organización criminal constituiría una injerencia sin precedentes en la vida política del país”, plantea el documento, que también sostiene que la operación estaría coordinada por actores
“ligados a intereses extranjeros” y con patrones de acción similares a
“influencias rusas y chavistas”.Bullrich alertó sobre la existencia de antecedentes similares en otros países, como Rumania, Polonia, Francia y Estados Unidos, donde procesos electorales se vieron interferidos por campañas de desinformación digital orquestadas desde el exterior.
En paralelo a la vía judicial, la Casa Rosada trabaja para determinar si los audios fueron intervenidos digitalmente y si el contenido fue editado con fines de manipulación política. En una de las grabaciones,
Karina Milei habla de tensiones internas dentro del oficialismo en el marco del cierre de listas en la provincia de Buenos Aires. En otra, se la escucha afirmar:
“Acá no tienen que estar las 24 horas porque entro a las 8 de la mañana y me voy a las 11 de la noche de la Casa Rosada”.El vocero presidencial,
Manuel Adorni, también se expresó en sus redes.
“No fue una filtración. Fue un ataque ilegal, planificado y dirigido”, escribió. Y remarcó que el objetivo fue
“condicionar al Poder Ejecutivo”.Según la denuncia, las prácticas desplegadas violan artículos centrales de la Ley de Inteligencia Nacional, que prohíbe expresamente a cualquier actor público o privado realizar acciones de espionaje, manipular la opinión pública o influir en procesos políticos.
“La democracia presupone un debate público transparente. Naturalizar estas prácticas equivale a legalizar la extorsión política y periodística, travestida como libertad de prensa”, sostiene el texto judicial.
Además, se advirtió que cualquier nueva difusión de audios será considerada una prolongación del delito inicial, y no un hecho aislado. La estrategia denunciada incluye —según el Gobierno— una secuencia cíclica de
“rumores, filtraciones, difusión y especulación política”, que se renueva cada vez que el impacto mediático comienza a perder efecto.
“La intervención judicial resulta imprescindible para reafirmar que ninguna operación de este tipo puede mancillar la soberanía popular ni suprimir las reglas de juego sobre las que se desarrolla la contienda electoral”, concluye la presentación. /
TN