Martes 02 de Septiembre de 2025, 05:41

PARALISIS. La falta de acceso a tasas accesibles y los altos costos operativos frenaron la construcción privada en Tucumán.
El sector inmobiliario privado en Tucumán atraviesa una etapa de claroscuros. Mientras que las líneas de crédito hipotecario habilitadas por el Banco Nación y otras entidades impulsan la compra de viviendas ya construidas, los nuevos desarrollos inmobiliarios enfrentan un panorama adverso, con costos en alza, márgenes mínimos, trabas administrativas y altas tasas de interés, según advirtió la Cámara de Empresas de la Construcción Privada de Tucumán (Cecoprit).El presidente de la entidad, Ezequiel Coletti, explicó que los préstamos vigentes apuntan a quienes buscan adquirir inmuebles finalizados, lo que generó un incremento de operaciones en este segmento. “Había un stock disponible de viviendas en ese rango y el crédito lo potenció”, señaló.
En contraste, los créditos para desarrollos o construcciones nuevas aún no muestran resultados. Incluso, los programas de hipotecas divisibles anunciados por el gobierno nacional —pensados para financiar compras en “pozo” o lotes en barrios privados— no se han materializado. “Hoy, el crédito se otorga contra escritura, es decir, sobre inmuebles ya terminados”, aclaró Coletti.
El fuerte movimiento en viviendas ya finalizadas genera expectativas a futuro: cuando ese stock se agote, la diferencia entre costo de construcción y valor de venta tenderá a ampliarse. “El metro cuadrado de costo no va a bajar; lo que subirá será el valor de las casas terminadas, ya que muchos insumos están dolarizados”, apuntó el empresario.
Actualmente, el costo por m² se disparó tras la última devaluación. Pasó de un rango de U$S 600 a U$S 800 a valores que oscilan entre U$S 1.300 y U$S 1.500, dependiendo del modelo de negocio. El incremento se explica principalmente por la mano de obra y materiales clave como el hierro, pese a algunas bajas puntuales.La secretaria general de Cecoprit, Pilar Navarro, subrayó que los márgenes de rentabilidad están tan ajustados que varios proyectos se encuentran paralizados. “Hoy conviene invertir en otras alternativas financieras antes que en la construcción. Las tasas de interés elevadas y la incertidumbre política hasta después de las elecciones nacionales hacen que muchos desarrolladores prefieran esperar”, sostuvo.
En números, los empresarios remarcan que el costo de construcción aumentó un 50% en Tucumán, mientras que el precio de las viviendas terminadas se mantuvo estable, reduciendo la rentabilidad del sector.
A la suba de costos se suman las exigencias fiscales y administrativas. Solo el canon de infraestructura en Tucumán implica $ 12.600 por m², lo que en un edificio de 10.000 metros cuadrados representa $ 126 millones antes de iniciar la obra. Además, los permisos municipales, tasas nacionales y otros cánones completan una carga que, según los empresarios, desalienta las nuevas inversiones.
En síntesis, mientras los créditos sostienen la demanda de viviendas terminadas, la construcción de nuevos proyectos en Tucumán queda en suspenso. La combinación de costos dolarizados, baja rentabilidad, alta carga impositiva y falta de financiamiento específico mantiene al sector a la espera de definiciones macroeconómicas y políticas.
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